El ex gobernador de Puebla, Mario Marín Torres, conocido popularmente como «El Góber Precioso», ha vuelto a ser noticia tras su reingreso al Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) Número 1, mejor conocido como el penal del Altiplano, en el Estado de México.
Este hecho marca un nuevo capítulo en el largo proceso judicial que enfrenta por su presunta responsabilidad en el delito de tortura contra la periodista Lydia Cacho, un caso que ha resonado en México por sus implicaciones sobre la libertad de expresión y el abuso de poder.
El traslado de Marín al penal de máxima seguridad se llevó a cabo ayer miércoles 2 de abril de 2025, luego de que un tribunal federal revocara la medida cautelar de prisión domiciliaria que le había sido otorgada en agosto de 2024. Durante poco más de siete meses, el ex mandatario había permanecido en su residencia en Xilotzingo, Puebla, bajo supervisión con brazalete electrónico. Sin embargo, la decisión del Tribunal Colegiado de Apelación del Vigésimo Séptimo Circuito, con sede en Cancún, Quintana Roo, determinó que esta medida no garantizaba suficientemente la seguridad del proceso, citando un riesgo de fuga y la gravedad de los cargos en su contra.
La Fiscalía General de la República (FGR) emitió un comunicado oficial el 2 de abril de 2025, confirmando que Mario Marín Torres fue reingresado al penal del Altiplano tras la resolución judicial. Según el documento, elementos de la Guardia Nacional, dependientes de la Secretaría de la Defensa Nacional, ejecutaron el traslado desde Puebla hasta Almoloya de Juárez, donde se encuentra el CEFERESO Número 1.
La FGR destacó que el ingreso de Marín al penal se completó alrededor de las 21:48 horas de ese día, asegurando que el ex gobernador permanece bajo custodia en una instalación de máxima seguridad. Esta información fue respaldada por declaraciones de la organización Artículo 19, que celebró la decisión como un avance en la protección de las víctimas y la justicia en el caso.
El proceso contra Mario Marín se remonta a los eventos de 2005, cuando Lydia Cacho, reconocida periodista y defensora de los derechos humanos, fue detenida ilegalmente en Cancún y trasladada a Puebla en un operativo que ella denunció como tortura. La acción se vinculó directamente a Marín, entonces gobernador de Puebla, tras la filtración de una conversación telefónica con el empresario Kamel Nacif, en la que este último lo llamó «Góber Precioso» y agradeció su intervención contra Cacho. La periodista había publicado el libro Los Demonios del Edén, donde expuso una red de explotación sexual infantil que involucraba a figuras poderosas, incluyendo a Nacif.
Marín fue arrestado en febrero de 2021 en Acapulco, Guerrero, tras años de evadir la justicia. Desde entonces, su caso ha pasado por múltiples etapas, incluyendo su traslado al Altiplano en 2023 y la controversial prisión domiciliaria concedida en 2024, la cual fue criticada por diversos sectores como un ejemplo de impunidad. La reciente apelación exitosa de la FGR y de la propia Lydia Cacho ante el tribunal de Quintana Roo refleja un esfuerzo por revertir esa percepción y garantizar que el ex gobernador enfrente las consecuencias de sus actos en un entorno controlado.