Científica mexicana consigue avances históricos en la lucha global contra el VPH

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Eva Ramón Gallegos, una científica originaria de San Juan Bautista Tuxtepec, Oaxaca, ha marcado un hito significativo en la investigación médica y biotecnológica al lograr eliminar completamente el Virus del Papiloma Humano (VPH) en un grupo de mujeres. Este avance no solo ha destacado su nombre en el ámbito científico de México, sino también a nivel internacional.

Eva Ramón ha sido reconocida por su trabajo pionero en la erradicación del VPH. En un estudio emblemático, logró eliminar el virus al 100% en 29 mujeres en la Ciudad de México utilizando la terapia fotodinámica, una técnica no invasiva. Esta terapia implica la aplicación de un fármaco conocido como ácido delta aminolevulínico en el cuello uterino, el cual, tras unas horas, se transforma en protoporfirina IX, permitiendo que un láser especial elimine las células afectadas sin dañar las sanas.

Este logro fue corroborado por estudios moleculares y ha sido un paso crucial en la prevención de cáncer cervicouterino, una enfermedad que representa una de las principales causas de muerte entre las mujeres mexicanas.

Además de su trabajo con el VPH, Eva Ramón ha tenido una distinguida carrera académica. Es Química Farmacéutica Bióloga de la Universidad Veracruzana y ha recibido numerosos premios y distinciones, incluyendo el Premio a la Mejor Tesis de Posgrado del IPN en 2005 y 2008, el primer lugar en el certamen Mujeres Mexicanas Inventoras e Innovadoras en 2008, y la Medalla al Mérito en Ciencias y Tecnología en 2012, entre otros.

Su investigación no se limita solo al VPH; ha explorado diversas áreas de la biotecnología molecular y la citopatología ambiental, aportando de manera significativa a la ciencia biomédica.

El trabajo de Eva Ramón no solo ha sido un avance en el tratamiento del VPH sino que también ha abierto nuevas vías para la prevención y el manejo de otras neoplasias. Sus investigaciones han demostrado que la terapia fotodinámica puede ser efectiva en etapas muy tempranas de cáncer cervicouterino, ofreciendo esperanza y una alternativa más segura para muchas mujeres.

Su influencia se ha extendido a través de la formación de nuevos científicos y la inspiración para futuras investigaciones en México y más allá.

 


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