El Vaticano ha iniciado los preparativos finales para el cónclave que elegirá al nuevo líder de la Iglesia Católica, un evento cargado de simbolismo y tradición que captará la atención de millones de personas en todo el mundo. Tras el fallecimiento del papa Francisco el 21 de abril de 2025, la Santa Sede ha entrado en una fase de transición marcada por un meticuloso proceso para garantizar la continuidad del liderazgo de los más de 1.400 millones de católicos. A continuación, se detalla cómo avanza este proceso, los hitos recientes como la instalación de la chimenea en la Capilla Sixtina y el programa previsto, incluyendo fechas clave.

Un proceso en marcha: de las congregaciones generales al cónclave

El proceso para elegir a un nuevo papa comienza con un período de duelo oficial de nueve días tras la muerte del pontífice, durante el cual se celebran misas en su memoria. Paralelamente, los cardenales de todo el mundo se reúnen en Roma para participar en las denominadas congregaciones generales. Estas reuniones, que comenzaron el 28 de abril de 2025, son foros en los que todos los cardenales, incluidos los mayores de 80 años que no tienen derecho a voto, discuten los desafíos actuales de la Iglesia, el perfil deseado para el próximo papa y temas críticos como la situación financiera del Vaticano o las reformas institucionales.

Durante estas sesiones, los cardenales han abordado cuestiones como el legado de Francisco, conocido por su enfoque en la inclusión y la atención a los marginados, pero también por generar debates sobre la moral y la gobernanza eclesiástica. Las congregaciones generales sirven para establecer un marco de discusión, pero no implican negociaciones directas sobre candidatos, ya que estas se desarrollan en privado durante el cónclave.

La instalación de la chimenea: un símbolo visible

Este viernes 2 de mayo de 2025, un hito visual marcó el avance de los preparativos: los bomberos del Vaticano instalaron la emblemática chimenea en el tejado de la Capilla Sixtina. Este conducto metálico, que conecta una estufa interna con el exterior, es el medio por el cual se comunicará al mundo el resultado de las votaciones. La instalación, realizada con precisión por un equipo reducido, fue captada por turistas en la Plaza de San Pedro, quienes compartieron imágenes en redes sociales, reflejando la expectación global ante el próximo cónclave.

La chimenea es un símbolo reconocible del proceso. Tras cada dos rondas de votación, las papeletas son quemadas en una estufa especial. Si no se alcanza la mayoría de dos tercios requerida para elegir al papa, se añade una mezcla química que produce humo negro, indicando que no hay acuerdo. Cuando se elige al nuevo pontífice, otra combinación química genera humo blanco, acompañado por el repique de las campanas de la Basílica de San Pedro, anunciando al mundo el “Habemus Papam”.

El programa del cónclave: fechas y desarrollo

El cónclave está programado para comenzar el 7 de mayo de 2025, una fecha confirmada durante la quinta congregación general el 28 de abril. Este inicio cumple con la norma eclesiástica que estipula que el cónclave debe realizarse entre 15 y 20 días después de la muerte del papa. A continuación, se detalla el programa previsto:

• 7 de mayo, mañana: Los 133 cardenales electores, todos menores de 80 años, participarán en una misa solemne en la Basílica de San Pedro. Esta ceremonia, conocida como Missa Pro Eligendo Pontifice, busca invocar la guía divina para la elección. Por la tarde, los cardenales ingresarán a la Capilla Sixtina con el tradicional canto “Veni Creator Spiritus”, marcando el inicio oficial del cónclave. Tras un juramento de secreto, se pronunciará el “Extra Omnes”, ordenando la salida de todos los no electores, y comenzará la primera sesión de votación.
• 7 de mayo, tarde: Se realizará una votación inicial, aunque históricamente suele ser exploratoria y rara vez resulta en una elección. Las papeletas se quemarán al final del día, y el humo (probablemente negro) será visible desde la Plaza de San Pedro.
• 8 de mayo en adelante: El cónclave continuará con cuatro votaciones diarias, dos por la mañana y dos por la tarde. Cada sesión concluirá con la quema de las papeletas, emitiendo humo negro o blanco según el resultado. No hay un límite de tiempo definido, pero los cónclaves modernos suelen durar entre dos y tres días. Por ejemplo, en 2013, la elección de Francisco se resolvió en el segundo día tras cinco escrutinios.

Anuncio del nuevo papa: Una vez elegido, el cardenal con mayor número de votos debe aceptar el cargo. Posteriormente, se anunciará el “Habemus Papam” desde el balcón de la Basílica de San Pedro, presentando al nuevo pontífice, quien impartirá su primera bendición, la Urbi et Orbi.

Un escenario de aislamiento y confidencialidad

El cónclave se desarrolla bajo estrictas normas de aislamiento. Los cardenales se alojarán en la Casa Santa Marta, una residencia dentro del Vaticano, y se trasladarán a la Capilla Sixtina para las votaciones. La Capilla, cerrada al público desde el 28 de abril, ha sido acondicionada con mesas, bancos y la estufa para la quema de papeletas. El Vaticano emplea medidas tecnológicas y físicas para garantizar la confidencialidad, incluyendo inhibidores de señales y revisiones para evitar filtraciones.

Los 133 cardenales electores, provenientes de diversos continentes, reflejan la diversidad de la Iglesia. Aunque no se han hecho públicas listas oficiales de candidatos, la composición del cónclave sugiere un equilibrio entre quienes buscan continuidad con las reformas de Francisco y aquellos que prefieren un enfoque más tradicional.

A medida que se acerca el 7 de mayo, la atención del mundo se centra en la chimenea de la Capilla Sixtina. La instalación de este conducto no solo marca un avance logístico, sino que simboliza la conexión entre un ritual antiguo y una audiencia global moderna. Los fieles, los medios y los curiosos aguardarán cada emisión de humo, conscientes de que el próximo papa guiará a la Iglesia en un contexto de desafíos sociales, económicos y espirituales.

 

Foto: Vatican Media