Escándalo en el Vaticano, el Papa pidió excluir del Cónclave a un cardenal; él se presentó al funeral

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El cardenal italiano Angelo Becciu, una figura que alguna vez estuvo entre las más influyentes del Vaticano, se encuentra en el centro de una controversia que combina acusaciones de corrupción financiera con un desafío directo a las decisiones del fallecido papa Francisco.

Este caso, que ha captado la atención mundial, no solo expone las tensiones internas en la Santa Sede, sino que también plantea preguntas sobre el derecho canónico y la autoridad papal en la elección de un nuevo pontífice. A continuación, se presenta un análisis objetivo del escándalo y los últimos desarrollos relacionados con la exclusión de Becciu del cónclave.

Orígenes del Escándalo

Angelo Becciu, nacido en Cerdeña en 1948, tuvo una carrera destacada en la diplomacia vaticana antes de convertirse en el sustituto de la Secretaría de Estado (2011-2018), un cargo que lo posicionó como el número tres en la jerarquía de la Santa Sede. En 2018, Francisco lo nombró cardenal y prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Sin embargo, su trayectoria se vio empañada en 2020, cuando fue destituido tras ser vinculado a una serie de irregularidades financieras.

El escándalo más notable giró en torno a la compra de un edificio de lujo en Sloane Avenue, en el exclusivo barrio de Chelsea, Londres. La operación, iniciada en 2013 por la Secretaría de Estado, involucró una inversión inicial de más de 200 millones de euros, parte de los cuales provenían del Óbolo de San Pedro, un fondo destinado a obras de caridad. A lo largo de los años, la operación generó pérdidas estimadas en 139 millones de euros debido a manejos financieros opacos y decisiones cuestionables. Además, durante el proceso judicial, se descubrieron otras irregularidades, como una donación de 125,000 euros a una cooperativa en Ozieri, Cerdeña, dirigida por un hermano de Becciu, y pagos a una consultora, Cecilia Marogna, que supuestamente gastó fondos vaticanos en artículos de lujo.

En diciembre de 2023, un tribunal vaticano condenó a Becciu a cinco años y medio de prisión por malversación, fraude y abuso de poder, marcando un hito como el primer cardenal juzgado penalmente por un tribunal de la Santa Sede. La sentencia incluyó una inhabilitación perpetua para ocupar cargos en el Vaticano. Becciu, que siempre ha defendido su inocencia, apeló la decisión, y el proceso sigue en curso.

La Destitución y la Pérdida de Derechos Cardinalicios

En septiembre de 2020, en una decisión sin precedentes, el papa Francisco despojó a Becciu de los “derechos asociados al cardenalato” tras una audiencia tensa en la que expresó haber perdido la confianza en él. Esta medida, comunicada mediante un breve comunicado de la Sala de Prensa del Vaticano, implicó la renuncia de Becciu al cargo de prefecto y la prohibición de participar en un futuro cónclave, el proceso para elegir al papa. Sin embargo, Becciu conservó formalmente el título de cardenal, lo que generó ambigüedad sobre su estatus.

El cardenal ha argumentado que su exclusión no fue formalizada canónicamente, ya que no existe un documento escrito que explicite la revocación de su derecho a participar en el cónclave. Según Becciu, en el último consistorio de diciembre de 2024, Francisco reconoció implícitamente sus prerrogativas al permitirle asistir. Además, ha señalado que el papa, poco antes de su muerte, le mencionó haber encontrado una “solución” al caso, aunque no proporcionó detalles.

La Polémica en el Cónclave

Tras la muerte de Francisco el 21 de abril de 2025, Becciu sorprendió al presentarse en las congregaciones generales, las reuniones preparatorias al cónclave, realizadas en el Vaticano. Su aparición desató una controversia inmediata, ya que no figura en la lista oficial de los 135 cardenales electores menores de 80 años. Becciu, de 76 años, insistió en su derecho a participar, argumentando que la decisión de Francisco carecía de validez jurídica formal.

Inicialmente, el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, pareció dispuesto a permitir la participación de Becciu, ya que no existía un documento explícito que lo prohibiera. Sin embargo, el 24 de abril de 2025, la situación dio un giro inesperado con la revelación de dos cartas firmadas por Francisco, según informó el diario italiano Domani. Estas misivas, una de 2023 y otra de marzo de 2025, habrían sido mostradas por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, al propio Becciu. En ellas, el papa reafirmaba su decisión de excluir al cardenal del cónclave, citando las graves acusaciones en su contra y la necesidad de proteger la integridad del proceso electoral.

El anuncio de las cartas provocó un momento de tensión en las congregaciones. Según fuentes cercanas, Re, de 91 años, expresó su frustración con Becciu durante una sesión, sin percatarse inicialmente de que el cardenal estaba presente. El cardenal camarlengo, Kevin Farrell, también habría confirmado a Re que Francisco, antes de su muerte, le ordenó garantizar que Becciu no participara en la elección.

Lo último que se sabe

Hasta el 25 de abril de 2025, la situación permanece sin resolución definitiva. Becciu ha tomado nota de las cartas, pero no ha aclarado si aceptará retirarse voluntariamente o si insistirá en su participación, lo que podría forzar una decisión formal por parte de las congregaciones generales.

La Oficina de Prensa del Vaticano, liderada por Matteo Bruni, ha evitado pronunciarse directamente, limitándose a señalar que la participación en las congregaciones preparatorias está abierta a todos los cardenales, pero que el acceso al cónclave es un asunto distinto.

El caso ha generado un intenso debate canónico. Mientras el derecho canónico establece que los cardenales menores de 80 años tienen derecho a votar en el cónclave, la autoridad del papa para suspender este derecho en casos excepcionales es un tema controvertido.


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