El Papa Francisco, fue hospitalizado hace unos días en el Policlínico Agostino Gemelli de Roma para recibir tratamiento contra una bronquitis que lo ha afectado desde hace más de una semana. Según fuentes del Vaticano, el pontífice de 88 años se encuentra en un estado clínico «discreto», aunque presenta una «leve alteración febril». Este episodio de bronquitis es especialmente significativo dado que, en su juventud, Francisco tuvo que someterse a la extirpación de una parte de su pulmón debido a una grave infección respiratoria.

A lo largo de su pontificado, Francisco ha enfrentado una serie de problemas de salud que han requerido intervenciones médicas. En 2021, se le extrajeron 33 centímetros de su colon debido a una estenosis diverticular, y en 2023, fue sometido a una cirugía abdominal para tratar una hernia incisional. Estos procedimientos, junto con los problemas de movilidad derivados de la tensión en los ligamentos de su rodilla, han llevado al Papa a usar regularmente una silla de ruedas, un bastón o un andador durante sus apariciones públicas.

La salud de Francisco ha repercutido en su agenda pública, forzando la cancelación de varios compromisos. Por ejemplo, la audiencia jubilar prevista para el sábado 15 de febrero fue cancelada, y la misa del domingo en San Pedro será presidida por otro cardenal en su lugar. Además, el Papa tuvo que pedir a un asistente que leyera sus discursos en varias ocasiones recientes debido a dificultades respiratorias.

El Vaticano ha manejado estas situaciones con transparencia, comunicando regularmente el estado de salud del Papa a través de partes médicos y declaraciones oficiales. Se ha enfatizado que, aunque enfrenta desafíos de salud, Francisco mantiene un buen ánimo y sigue comprometido con sus responsabilidades pastorales. La Iglesia ha pedido oraciones por la recuperación del Papa, subrayando el impacto emocional y espiritual que su salud tiene sobre los fieles de todo el mundo.

Con la salud del Papa Francisco en el foco de atención, se ha despertado nuevamente el debate sobre la posibilidad de una renuncia papal, un tema que Francisco ha tratado con cautela pero con claridad. Ha mencionado en el pasado la existencia de una carta de renuncia en caso de una incapacidad física grave, aunque ha afirmado que no ve condiciones inmediatas para tal acción.

La salud del Papa Francisco sigue siendo un tema de gran interés y preocupación. Mientras enfrenta estos desafíos de salud, la Iglesia Católica y sus seguidores alrededor del mundo continúan apoyándolo, esperando una recuperación completa para que pueda seguir guiando la Iglesia con su característica humildad y cercanía al pueblo.