El 3 de diciembre de 2025, la presidenta Claudia Sheinbaum envió al Congreso de la Unión una iniciativa para modificar el artículo 123 constitucional y la Ley Federal del Trabajo, con el fin de disminuir gradualmente la jornada semanal máxima de 48 a 40 horas. El calendario planteado establece reducciones anuales:
- 2027 → 46 horas
- 2028 → 44 horas
- 2029 → 42 horas
- 2030 → 40 horas
La propuesta contempla esquemas diferenciados según el tamaño de las empresas y mantiene, por ahora, la regla vigente de un día de descanso por cada seis trabajados.
Reacciones iniciales
La iniciativa generó opiniones divididas. Organismos empresariales como la Concamin y la Coparmex destacaron la gradualidad, al considerar que brinda margen de adaptación a micro, pequeñas y medianas empresas, que representan más del 95% de las unidades económicas del país.
En contraste, sindicatos independientes, organizaciones ciudadanas y especialistas señalaron que el planteamiento se aleja de la reducción inmediata originalmente anunciada y podría generar incertidumbre en su aplicación.
Principales críticas a la propuesta
1. Ritmo de implementación
Colectivos como el Frente Nacional por las 40 Horas y el movimiento Yo por las 40 Horas advierten que cinco años es un plazo excesivo y que la reducción debería aplicarse de inmediato, al menos en empresas medianas y grandes con mayor capacidad de adaptación.
2. Falta de dos días de descanso obligatorio
El proyecto no modifica el esquema de un día de descanso por seis laborados. Especialistas consideran que, sin garantizar dos días consecutivos, la conciliación familiar y el descanso efectivo seguirán siendo limitados para amplios sectores de la población.
3. Posibles excepciones sectoriales
Aunque el texto enviado no incluye exclusiones, algunos sectores empresariales han solicitado regímenes especiales para giros como transporte, salud, maquiladoras o plataformas digitales. Organizaciones laborales temen que estas presiones influyan en el dictamen legislativo.
4. Impacto en tareas de cuidado
La diputada Patricia Mercado y diversas organizaciones feministas señalan que, sin políticas de apoyo al cuidado infantil y corresponsabilidad familiar, la reducción de horas podría incrementar la carga no remunerada de las mujeres.
5. Aumento de horas extras y riesgo de jornadas extendidas
La ampliación de horas extras de 9 a 12 semanales genera preocupación porque, sin mecanismos de supervisión más estrictos, podría incentivar jornadas extendidas y reducir el impacto de la reforma, especialmente en sectores con alta informalidad donde no se pagan horas adicionales. Críticos advierten que esta flexibilidad podría usarse para compensar la reducción gradual de la jornada, por lo que piden limitar las extras a casos verdaderamente excepcionales.
Situación actual en el Congreso
La iniciativa fue turnada a las comisiones de Puntos Constitucionales y de Trabajo de la Cámara de Diputados. Su discusión está prevista para el periodo ordinario que inicia en febrero de 2026. En las semanas previas se desarrollarán foros de parlamento abierto convocados por la Secretaría del Trabajo, con participación de sindicatos, cámaras empresariales, academia y colectivos ciudadanos.
Ninguna bancada ha fijado aún una posición definitiva. Morena y sus aliados cuentan con mayoría calificada, lo que abre la puerta a ajustes en el calendario, la incorporación de dos días de descanso obligatorio o la creación de apoyos para mipymes.
En síntesis, el envío de la iniciativa marca el primer paso formal hacia una jornada de 40 horas en más de un siglo, pero su alcance, su ritmo y las condiciones de su aplicación continúan en el centro del debate nacional.














