Durante la conferencia de prensa matutina celebrada este martes en el Palacio Nacional, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, abordó brevemente el tema de la reciente declaración de culpabilidad de Ismael «El Mayo» Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, en respuesta a preguntas de la prensa. La mandataria se refirió al caso con un enfoque centrado en la colaboración internacional, la estrategia de seguridad de su gobierno y una observación destacada sobre las declaraciones de las autoridades estadounidenses.
Sheinbaum señaló que, según la fiscal de Estados Unidos, existe una colaboración activa entre México y dicho país para combatir el crimen organizado y reducir los índices delictivos. En este contexto, destacó una declaración del director de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), quien afirmó que la agencia había logrado «derribar a tres grandes narcotraficantes»: Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón, Joaquín «El Chapo» Guzmán y el propio «El Mayo» Zambada.
La presidenta subrayó la relevancia de esta declaración, calificándola de «interesante» por equiparar a un exfuncionario mexicano con dos conocidos líderes del narcotráfico, e invitó a los medios a reflexionar sobre esta comparación.
Cuestionada sobre las afirmaciones de Zambada, quien en su declaración inicial admitió haber liderado el Cártel de Sinaloa durante 50 años y haber pagado sobornos a policías, militares y políticos, Sheinbaum indicó que cualquier señalamiento de este tipo debería ir acompañado de una denuncia formal con nombres específicos para proceder legalmente.
Sin embargo, no profundizó en detalles sobre posibles investigaciones derivadas de estas declaraciones, limitándose a señalar que el gobierno mexicano tiene la misma información que la prensa, basada en lo comunicado por el abogado de Zambada y las autoridades estadounidenses.
En relación con la detención de Zambada, ocurrida en 2024 en Estados Unidos, la presidenta sugirió que es necesario analizar el contexto de cómo llegó a ese país, así como las declaraciones posteriores de su abogado y del gobierno estadounidense, incluida la afirmación de que Zambada «morirá en la cárcel». No obstante, evitó especular sobre la falta de cooperación de EE. UU. o los detalles que Zambada podría revelar, manteniendo un tono reservado.
Sheinbaum aprovechó para reiterar los pilares de su estrategia de seguridad: atender las causas de la delincuencia, con un enfoque en los jóvenes, y mantener una política de «cero impunidad». Subrayó que el gobierno trabaja diariamente en estos objetivos, aunque no vinculó directamente estas acciones al caso de Zambada.