Este miércoles, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Honduras proclamó oficialmente a Nasry “Tito” Asfura como presidente electo para el periodo 2026-2030, con lo que se dio por concluido un proceso electoral marcado por la incertidumbre, la polarización política y constantes cuestionamientos.
La declaratoria cerró casi un mes de conteo, revisiones y controversias derivadas de una elección con márgenes extremadamente reducidos.
Una contienda cerrada entre tres fuerzas políticas
Las elecciones generales se realizaron el 30 de noviembre de 2025 y contaron con tres principales aspirantes a la presidencia:
Nasry Asfura, del Partido Nacional; Salvador Nasralla, del Partido Liberal; y Rixi Moncada, del partido oficialista Libertad y Refundación (Libre).
Desde los primeros resultados preliminares, el proceso se caracterizó por un empate técnico entre Asfura y Nasralla, con diferencias de apenas cientos de votos que cambiaron de manos en distintos momentos del conteo.
Fallas técnicas y revisión de actas
El sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) presentó fallas técnicas recurrentes, lo que obligó a suspender temporalmente la divulgación de datos en varias ocasiones.
A medida que avanzó el escrutinio, la ventaja volvió a favorecer a Asfura, quien alcanzó entre 40.3 y 40.5 por ciento de los votos, frente a 39.5 por ciento de Nasralla y cerca de 19 por ciento de Moncada. Aproximadamente 15 por ciento de las actas requirió revisión manual por inconsistencias.
Impugnaciones y acusaciones cruzadas
El proceso se extendió durante semanas debido a impugnaciones presentadas por partidos opositores y críticas al ritmo del conteo. El Partido Libre denunció lo que calificó como un “golpe electoral”, mientras que observadores internacionales exhortaron a concluir el proceso de forma transparente y conforme a la ley.
Pese a los señalamientos, el CNE informó que no existían elementos suficientes para modificar el resultado final.
Proclamación oficial y reacción de los actores políticos
Con más del 99 por ciento de las actas procesadas, el CNE aprobó el informe definitivo el 23 de diciembre y realizó la proclamación oficial al día siguiente. La resolución fue adoptada por dos consejeros propietarios y un suplente, ante la ausencia de un tercer consejero titular.
La diferencia final entre Asfura y Nasralla fue inferior al 1 por ciento, lo que evidenció la profunda división del electorado hondureño.
Rechazo opositor y respaldo internacional
Tras la proclamación, Nasry Asfura, exalcalde de Tegucigalpa, aseguró estar “listo para gobernar” y prometió cumplir con las expectativas de quienes lo respaldaron.
En contraste, Salvador Nasralla rechazó los resultados al considerar que se excluyeron votos controvertidos, aunque llamó a la calma y evitó convocar movilizaciones. El Partido Libre también anunció que no reconoce la declaratoria oficial.
El Departamento de Estado de Estados Unidos felicitó rápidamente a Asfura y calificó su victoria como clara, mientras que misiones internacionales de observación insistieron en la necesidad de preservar la estabilidad institucional.














