El proceso electoral celebrado el 30 de noviembre de 2025 en Honduras avanza hacia uno de los finales más cerrados en su historia reciente. Con el 71 % de las actas presidenciales escrutadas por el Consejo Nacional Electoral, la diferencia entre los dos primeros lugares es de apenas 9 639 votos, equivalente a 0,43 puntos porcentuales.
Los resultados preliminares son:
- Salvador Nasralla (Partido Liberal): 40,15 %
- Nasry Asfura (Partido Nacional): 39,72 %
- Rixi Moncada (Libertad y Refundación): 19,07 %
- Otros candidatos: menos del 1,1 % combinado
La estrecha distancia mantiene la incertidumbre mientras se procesan las actas pendientes, principalmente provenientes de zonas rurales y de algunos distritos urbanos con alta concentración de votantes.
Un sistema de una sola vuelta
El marco electoral hondureño establece que la presidencia se define por mayoría simple, sin necesidad de segunda vuelta. En consecuencia, quien conserve la ventaja cuando concluya el conteo oficial será declarado ganador para el periodo 2026-2030, con toma de posesión prevista el 27 de enero de 2026.
Durante y después de la jornada se presentaron fallas técnicas en el sistema informático del CNE, lo que provocó un incremento del conteo manual y retrasos en la transmisión de resultados. Tanto Nasralla como Asfura han declarado que sus estructuras internas les otorgan la victoria.
El partido de gobierno, Libertad y Refundación, reconoció que su candidata, Rixi Moncada, quedó fuera de la disputa por la presidencia.
Intervenciones y presiones externas
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emitió una declaración pública a través de su plataforma Truth Social, intensificando su intervención en el proceso electoral hondureño. En el mensaje, Trump alegó, sin presentar evidencia, que las autoridades electorales de Honduras estaban «tratando de cambiar los resultados de su Elección Presidencial».
Específicamente, afirmó que el Consejo Nacional Electoral (CNE) había «detenido abruptamente el conteo» de votos a medianoche del día anterior, coincidiendo con un momento en que el candidato respaldado por él, Nasry Asfura, mantenía una ligera ventaja de aproximadamente 515 votos sobre Salvador Nasralla.
Trump enfatizó que «es imperativo que terminen el conteo» y que «la democracia debe prevalecer», argumentando que «el pueblo de Honduras votó en números abrumadores el 30 de noviembre». Culminó con una advertencia directa: «Si lo hacen, ¡habrá infierno que pagar!».
Hasta el momento, el CNE ha desmentido cualquier manipulación, confirmando que el conteo manual iniciado el 2 de diciembre responde a protocolos estándar para garantizar precisión en un margen tan estrecho, y ha instado a la población a mantener la calma. Observadores internacionales, presentes en el país, no han corroborado las alegaciones de Trump, aunque destacan la tensión generada por estas intervenciones externas en un proceso ya marcado por desafíos logísticos.
La definición final de la contienda se conocerá en los próximos días, en medio de uno de los desenlaces más ajustados registrados en Honduras.














