Tensión diplomática entre México y El Salvador tras decomiso de avioneta con cargamento ilegal

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Una disputa diplomática entre México y El Salvador emergió a raíz de un decomiso de una avioneta cargada con 427.65 kilogramos de cocaína en Tecomán, Colima. El conflicto involucró al secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Omar García Harfuch, y al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quienes intercambiaron señalamientos a través de la red social X sobre el origen de la aeronave. La controversia se abordó brevemente durante la conferencia matutina de la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum el 10 de julio, donde se buscó desescalar el tema.

Origen del conflicto

El 8 de julio, durante la conferencia matutina conocida como la «Mañanera del Pueblo», Omar García Harfuch informó que el Centro Nacional de Vigilancia y Protección del Espacio Aéreo (CENAVI) detectó una traza aérea sospechosa el 3 de julio a las 13:00 horas, a 200 kilómetros al sur de San Salvador, El Salvador. Según Harfuch, la aeronave, que transportaba 428 kilogramos de cocaína, fue interceptada en una pista clandestina en Tecomán, Colima, donde se detuvieron a tres ciudadanos mexicanos: Leonardo Alonso Parra Pérez (piloto, originario de Guasave, Sinaloa), José Adán Jalavera Ceballos (copiloto, de Chihuahua) y Felipe Villa Gutiérrez (de Morelia, Michoacán). En su exposición inicial, Harfuch afirmó que la avioneta era «procedente de El Salvador», lo que desencadenó la reacción inmediata de Nayib Bukele.

Respuesta de Nayib Bukele

El 9 de julio, Bukele publicó un mensaje en su cuenta oficial de X (@nayibbukele) calificando de «FALSO» que la aeronave proviniera de El Salvador. Según el presidente salvadoreño, la traza aérea fue detectada por Costa Rica a las 13:00 horas del 3 de julio, al noroeste de su territorio, y se activó una alerta regional a través de la red centroamericana de seguridad aérea (APAN).

Bukele aseguró que la avioneta no sobrevoló el espacio aéreo salvadoreño, sino que transitó por el océano Pacífico, según lo confirmado por el Grupo de Trabajo Interinstitucional Conjunto Sur de Estados Unidos (JIATFS) en Key West. Además, destacó que los tres detenidos eran mexicanos y no había indicios de vínculos con El Salvador. En su mensaje, exigió al gobierno mexicano una «aclaración y rectificación inmediata» y anunció el llamado a consultas de la embajadora salvadoreña en México, Rosa Delmy Cañas, como medida diplomática.

Bukele reiteró: «El Salvador no encubre criminales ni tolera el narcotráfico, no lo hicimos antes, no lo haremos ahora. Tampoco permitiremos que intenten involucrarnos en operaciones que no nos corresponden ni nos pertenecen».

Aclaración de García Harfuch

El mismo 9 de julio, a las 21:13 horas, Harfuch respondió en su cuenta de X (@OHarfuch) para precisar la información. Aclaró que la aeronave fue detectada «a la altura de El Salvador», a 200 kilómetros al sur de San Salvador, y no que necesariamente hubiera partido de ese país. Explicó que la palabra «procedente» fue sustituida por «a la altura» para evitar malentendidos.

Harfuch detalló que, tras la detección por el CENAVI, se desplegaron aeronaves militares mexicanas para interceptar la ruta clandestina, lo que culminó con el decomiso en Colima. También confirmó que los tres detenidos eran mexicanos y reiteró el «respeto y aprecio al pueblo de El Salvador», subrayando el compromiso de México contra la delincuencia organizada.

Nueva reacción de Bukele

El 10 de julio a las 21:43 horas, Bukele volvió a pronunciarse en X, insistiendo en que la aclaración de Harfuch no era suficiente. Aunque concedió que podría tratarse de un «malentendido», pidió una «aclaración más precisa» para dejar claro que «no existe ni el más mínimo indicio de que esa aeronave haya partido de nuestro país, ni de que alguien en El Salvador esté vinculado con ese cargamento de droga».

Bukele acompañó su mensaje con un gráfico de la ruta de la aeronave, respaldando su afirmación de que esta no tocó territorio salvadoreño.

Posición de Claudia Sheinbaum

Durante la conferencia matutina del 10 de julio, la presidenta Claudia Sheinbaum abordó brevemente el tema, buscando reducir la tensión.

Declaró: «Ya lo aclaró el secretario [García Harfuch], no hay que hacer un tema político de esto, ya lo aclaró y no vamos a polemizar sobre esto, porque además nunca hubo mala fe, sino sencillamente se aclaró el tema y ya, hasta ahí». Sheinbaum enfatizó que la información proporcionada por México no tuvo intenciones de agravio y pidió no politizar el incidente.

 

Imagen ilustrativa generada con IA


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