Este viernes una avioneta L-410 UVP-E, con matrícula guatemalteca TG-TJG, se estrelló en la zona alta de Tapachula, Chiapas, cerca de la frontera con Guatemala, dejando tres víctimas mortales.
La aeronave, operada por la empresa guatemalteca Inversiones 777 S.A., realizaba labores de dispersión de moscas estériles para combatir la plaga del gusano barrenador, una amenaza para la ganadería regional.
El accidente ocurrió en el ejido de San Vicente, en los límites entre Tapachula y Motozintla, alrededor de las 08:26 horas, minutos después de despegar del Aeropuerto Internacional de Tapachula.
Los fallecidos fueron identificados como los pilotos guatemaltecos Carlos Eduardo Monroy Pinto y Byron Eduardo Morán de Paz, y el ingeniero agrónomo mexicano Lucio Alberto Roblero de León, empleado del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica).
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y el titular Julio Berdegué lamentaron el suceso, destacando el compromiso de las víctimas con la protección del sector pecuario. La presidenta Claudia Sheinbaum expresó sus condolencias y señaló que se investigarán las causas del desplome.
La Dirección General de Aeronáutica Civil de Guatemala y autoridades mexicanas iniciaron una investigación para esclarecer los motivos del accidente, que preliminarmente no reportó daños a terceros ni viviendas.
Pobladores locales y equipos de Protección Civil acudieron al lugar para controlar el incendio provocado por el impacto. Senasica confirmó que la avioneta realizaba vuelos diarios como parte de una campaña sanitaria, habiendo registrado más de cinco horas de vuelo el día anterior.