En un suceso que ha capturado la atención del mundo entero, un joven de 24 años, Adrián Simancas, vivió para contar una historia casi inverosímil después de ser engullido brevemente por una ballena jorobada (Megaptera novaeangliae) mientras practicaba kayak en el Estrecho de Magallanes, cerca de Punta Arenas, Chile.
El sábado 8 de febrero de 2025, Adrián Simancas, acompañado por su padre Dell Simancas, se embarcó en una excursión de kayak en la Bahía El Águila, una zona conocida por su rica biodiversidad marina y avistamientos de ballenas. Sin previo aviso, una ballena jorobada emergió justo debajo del kayak de Adrián, envolviéndolo en su enorme boca.
El padre de Adrián, quien se encontraba a pocos metros de distancia, logró capturar el momento en video, mostrando cómo la ballena, después de unos momentos de confusión, liberó a su hijo y a su kayak de vuelta al agua. «Calmado, calmado» se le oye decir a Dell en el video, una advertencia que, en medio de la adrenalina y el terror, probablemente haya ayudado a mantener a Adrián consciente de la necesidad de conservar la calma.
@apocalipticmx Joven es devorado por una ballena y vive para contarlo #Naturaleza
Adrián, quien llevaba puesto un chaleco salvavidas, logró mantenerse a flote después de ser liberado. Describió el incidente como «un momento de puro terror», pensando que había sido tragado y que su vida estaba en peligro. «Cuando salí a la superficie y empecé a flotar, lo que más me preocupaba era que algo pudiera pasarle a mi padre o que yo no llegara a la orilla», compartió Adrián en una entrevista con la prensa local.
Afortunadamente, ambos regresaron a la costa indemnes, aunque profundamente impactados por la experiencia. Este evento no solo ha sido un recordatorio de la naturaleza impredecible del océano sino también de la importancia de la precaución en actividades acuáticas en áreas habitadas por grandes cetáceos.
Según expertos, las ballenas jorobadas no suelen ser agresivas hacia los humanos. Este incidente, donde la ballena liberó a Adrián intacto, podría interpretarse como un acto de confusión más que de agresión; posiblemente, la ballena estaba alimentándose y no distinguió al joven de su presa habitual. El Estrecho de Magallanes, conocido por ser una ruta de migración y alimentación para varias especies de ballenas, presenta riesgos para quienes navegan sus aguas, especialmente durante las épocas de mayor actividad de estos gigantes marinos.
En conclusión, aunque el encuentro de Adrián Simancas con la ballena jorobada fue breve y terminó sin lesiones graves, el impacto de este evento se sentirá en las discusiones sobre seguridad, conservación y el respeto hacia la vida silvestre marina. Se espera que este caso sirva como un ejemplo para promover prácticas más seguras y respetuosas en el entorno natural.