En enero de 2025, Estados Unidos ha tomado la decisión de retirar a Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo. Esta decisión ha sido evaluada basándose en la ausencia de pruebas creíbles que indiquen que Cuba esté apoyando activamente el terrorismo internacional en la actualidad. Un alto funcionario de la administración estadounidense ha declarado que esta acción forma parte de un acuerdo más amplio, lo cual sugiere que podría haber otros factores geopolíticos o diplomáticos en juego.
El anuncio oficial de esta retirada fue hecho por la Cancillería de Cuba, destacando que se trata de un cambio significativo en las relaciones bilaterales entre ambos países. La exclusión de Cuba de esta lista implica la eliminación de ciertas sanciones económicas y financieras que habían sido impuestas previamente, lo que podría aliviar algunas de las presiones económicas que enfrenta el país caribeño.
El contexto de esta decisión también incluye un reconocimiento implícito de la cooperación de Cuba en la lucha contra el terrorismo, aunque no se han detallado específicamente cuáles han sido las acciones que llevaron a esta reconsideración.
Esta retirada ocurre luego de que Cuba fuera incluida en la lista en enero de 2021 por la administración Trump, citando su relación con grupos como el ELN de Colombia y la presencia de fugitivos de la justicia estadounidense en la isla. La decisión de 2025, por tanto, no solo es un giro diplomático sino también una revisión de las políticas anteriores, reflejando cambios en la percepción estratégica y en las prioridades de la política exterior estadounidense.
En resumen, la retirada de Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo por parte de Estados Unidos en enero de 2025 se fundamenta en la ausencia de evidencia actual de apoyo al terrorismo, indicando un potencial cambio en la dinámica de las relaciones bilaterales.