La inconfundible voz de Mick Jagger y sus sensuales movimientos de cadera, las guitarras de Ron Wood y Keith Richards –que cantó un par de temas en una especie de interludio del espectáculo– y el hierático batería Charlie Watts, cautivaron a un público al que se metieron en el bolsillo desde el primer minuto.
Con la única iluminación del imponente escenario dispuesto sobre el césped del Centenario, las gradas del estadio se llenaron de los centelleantes flashes de los teléfonos móviles del público, en un concierto que arrancó al son de Start me Up.
La banda deleitó durante más de dos horas con temas que ya forman parte de la historia de la música como Simpathy for the Devil, Honky tonk Women o Paint it Black, en una plácida y calurosa noche de verano austral en la capital uruguaya, en la que como teloneros actuaron los locales Boomerang.
Detalles. Sus satánicas majestades pusieron el Centenario a sus pies con varios guiños dirigidos al pueblo uruguayo y se ganaron sus aplausos con referencias al fútbol –uno de los temas más populares por estas tierras– y a un ícono de la cultura rioplatense como es Carlos Gardel.
Jagger apareció en el escenario con una camiseta firmada por el delantero del Barcelona y máxima figura de la Celeste, Luis Suárez, y en otro gesto cómplice hacia los uruguayos, preguntó de dónde era Gardel –sobre el que existe el debate de si nació en Toulouse (Francia) o en Tacuarembó (Uruguay)– logrando una respuesta unísona.
Canciones como Gimme shelter y Jumpin’ jack flash también se incluyeron en el concierto que cerraron con la mítica Satisfaction. La gira América Latina Olé Tour seguirá en Río de Janeiro, Brasil, el próximo sábado.
https://youtu.be/s8V4iv7JcuY
EFE