“En asuntos internacionales, la paz es

un período de trampas entre dos luchas”.

Ambrose Bierce

El plan de paz de Donald I es una de las falsedades más perversas del siglo XXI, comparable al embuste de las “armas de destrucción masiva” que sirvieron como excusa para la aniquilación de Irak. Pero el plan ha sido elogiado por tirios y troyanos, incluyendo a gobiernos “progres” entre ellos el de la presunta sionista, presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo, que será sionista hasta que demuestre lo contrario, al menos son bien sabidos los antecedentes sionistas del canciller Juan Ramón de la Fuente.

El objetivo del emperador Trump no es la paz en Gaza ni la sobrevivencia del pueblo palestino, ejecuta una farsa para ganar el premio nobel de la paz, todos los caminos de Donald I transitan por la vía del narcisismo nihilista y todo con un fin último, la meta preciada: ganancias millonarias

No sería la primera vez que un presidente belicoso de Estados Unidos gana el “titulete” recordemos que también lo ganó el ex presidente Barack Obama que ostenta el récord de haber lanzado 26,171 bombas en solo un año y haber bombardeado una docena de países.

Plan de paz es un eufemismo para disfrazar lo que en realidad es el documento, un plan de rendición incondicional para Hamás y la ruta crítica para la disolución total de Palestina y la nueva y definitiva nakba (catástrofe) del pueblo palestino, no es un plan de paz, es una solución final, que fue presentada por Trump pero parece dictada por Benjamín Netanyahu, el nuevo héroe bíblico de un inexistente “pueblo judío”.

La guerrilla, también nihilista de Hamas, no ha aceptado ningún acuerdo de paz, simplemente gana tiempo, estira la liga, resiste y al igual que los sionistas saben  que la convivencia de dos estados, dos pueblos, dos naciones, Israel y Palestina, es imposible; esa es la historia, la única opción de sobrevivencia para Palestina y el pueblo palestino es la desaparición del estado de Israel, lo demás es subterfugio, manías woke (la patraña de los dos estados), la consigna “del río al mar significa y significará “Israel al mar”.

Dudo que Hamas entregue las armas, sería un suicidio sin martirologio, “antes mártires que vencidos”, no aceptará jamás que Tony Blair sea el procónsul del emperador, el plan de paz de Trump es eso, un delirio farisaico del emperador que le abre el camino al sicario Jazaro polaco Netanyahu para hacer y deshacer en los territorios ocupados.

Mientras tanto, los bombardeos sobre la población civil inerme en Gaza no paran y me pregunto ¿cómo es posible que en dos años no hayan podido acabar con Hamas y que incluso ahora se encuentren negociando con la guerrilla del paleolítico?

Los casi 70 mil seres humanos asesinados durante la fase de dos años del genocidio han sido en vano, desde el punto de vista del gobierno nazi sionista de Israel: ¿de qué ha servido tanta muerte si ni siquiera han podido acabar con Hamas?, tampoco han liberado a la totalidad de los rehenes y es que la meta va más allá, el objetivo es el exterminio de un pueblo, de una cultura y la construcción de un mítico cuan pecador “Gran Israel”.

En realidad, el proyecto genocida comenzó en 1947 y fue concebido en los cubículos bancarios de los sionistas en connivencia con la pérfida inglesa y anglo sajona

Cuando la presente columna sea leída ya sabremos a quien se le ha dado el nobel de la paz ¿habrá otra victoria más de la mentira? ¿se rendirá el mundo ante el emperador? ¿la creación del gran Israel y el Gran Estados Unidos irán viento en popa?

Convoquen a sus dioses porque será una noche larga.