“La noche en la ciudad es oscura,
excepto por el brillo de los misiles;
Silenciosa, excepto por el sonido
del bombardeo;
aterradora, excepto por la promesa
tranquilizadora de la oración;
negra, excepto por la luz de los mártires”.
Heba Abu Nada
(Últimos versos de poetisa palestina fallecida a causa de los bombardeos de las fuerzas israelíes).
En su momento el gobierno de México rompió relaciones con la Alemania de Hitler a la que incluso declaró la guerra, también rompimos relaciones con los gobiernos criminales de Francisco Franco en España y de Augusto Pinochet en Chile, tales rupturas no fueron intervencionismo sino defensa de la vida, la dignidad y la democracia de los pueblos, no se faltó en nada a la Constitución de México.
Ahora, ante el genocidio en Gaza perpetrado por el régimen criminal/colonial e ilegitimo de Benjamín Netanyahu, la presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo ha sido incapaz de condenar los crímenes de lesa humanidad de la entidad sionista que ha emprendido el exterminio del pueblo palestino y que pretende borrar a Palestina del mapa; a cualquier pregunta la presidenta responde esquiva y machacante que su gobierno reconoció al Estado palestino, cosa que han hecho hasta Gran Bretaña, Francia y España países aliados del sionismo; repite incansable que hay una embajadora de Palestina en México y aduce como defensa de su sospechosa tibieza que la constitución marca la no intervención como premisa de nuestra política exterior; engaña al pueblo para hacerse de un escudo; la política de no intervención no significa neutralidad. Claudia Sheinbaum ha sido incapaz de condenar con energía al régimen sionista y al genocidio en Gaza y se niega a lo que ya es un clamor de los pueblos de México y del mundo; romper relaciones con Israel.
Ante la detención de la flotilla humanitaria, la presidenta enunció con manifiesta tibieza algunos planteamientos descafeinados, que más parecía un ruego que una exigencia, ¿por qué no le habla al asesino Netanyahu en los mismos términos que al delincuente Ricardo Salinas Pliego?; ante el secuestro de 6 mexicanos efectuado por la entidad sionista el gobierno de México se limita a una ¡notas diplomáticas! Descafeinadas, dulces, casi melosas, que sospechosa es la prudencia con la que se refiere a Israel a Netanyahu y al genocidio. Lázaro Cárdenas hace mucho que hubiese roto con Israel.
Pero ante el “plan de paz” de Donald I para Gaza, la presidenta dijo “es bueno que se hable de paz”, esquiva, ambigua y huidiza en todo lo que atañe al sionismo, un “plan de paz” que nació condenado, como todas las bazofias provenientes del cretinismo recalcitrante, es un insulto a la inteligencia humana, petrificada, atrofiada y engarrotada ante el poder, hincada ante el detestable y grotesco “agente naranja”.
La neutralidad de la Doctora Sheinbaum es complicidad con el sionismo ¿por qué no manifiesta apoyo abierto contundente y tajante al pueblo palestino? ¿por qué se cuida de no incomodar a Benji Netanyahu? Debería darse cuenta que la no ruptura de relaciones con Israel es traición a los pueblos de México y el mundo.
El cacareado “humanismo mexicano” está en tela de juicio y quedará muy mal parado si no se rompen ya relaciones con la entidad genocida, la retórica de que el pueblo manda se derrumbará lo que puede significar un tropiezo en el proyecto de la 4 T.; ¿cómo es posible que el humanismo mexicano tolere, respete y apapache a un régimen anti humanista y criminal?
Muchos rumores se pasean en el aire enrarecido de estos días para explicar la postura cómplice del gobierno de la presidenta Sheinbaum: que si es agente de black rock y seguidora de George Soros, que la controla el sionismo internacional, que el sionismo está en la presidencia de México o le vamos a creer al maestro Alfredo Jalife que afirma: “el ecosistema político mexicano aprobó el genocidio en Gaza”.
La exigencia de ruptura con Israel es un clamor y como dice la misma presidenta, “el pueblo de México está muy consciente”, es una prueba de fuego para su catadura de estadista humanista.