“No tenemos más posibilidad que lo

Imposible”.

George Bataille

La lucha por el control de las fuentes de riqueza es el centro neurálgico de la guerra que vive múltiples “ensayos generales” en diversas partes del mundo;  en su fase nihilista el capitalismo  y las fuerzas en disputa tienen una moral imperativa que les dicta un principio fundamental: “si la riqueza no es mía, no será de nadie”, la gran conflagración ya está sucediendo en el inconsciente colectivo, no es una batalla del bien contra el mal, es una batalla entre “todos” los males, una batalla en la que los “buenos” han desaparecido.

Las caretas se van desvaneciendo, el protestantismo como la religión del corazón capitalista, el catolicismo como coartada de la explotación y el colonialismo implotan para dar paso a una nueva fe, la de la acumulación del capital y que lleva el rimbombante nombre de “cristianismo cultural” que es la continuación del “cristianismo positivo” de los nazis, en el que el fuhrer es elevado a la categoría de “nuevo mesías”, el mundo vive preso de un delirio mesiánico.

De “todos” los males, el más dañino y destructivo es el que esgrime el demonio estadounidense, el más rencoroso de los ángeles caídos, bajo control del nazi sionismo desde hace muchos años y que ahora apuesta a una “solución final” a la manera de la ideada por Heinrich Himmler, el arquitecto del “holocausto”, pero cuyo desenlace derivó en la creación de Israel, la auténtica solución final al “problema judío”.

La paliza recibida por el “comunismo” soviético/stalinista cuya política llevó al derrumbe de la “esperanza socialista”, aplastando la concepción socialista de la vida y del mundo y dejando cualquier sueño colectivo sin esperanza alguna. Significó algo mucho más que el fin de un régimen.

Es por ello que el planeta entero es testigo del genocidio en Gaza y no hay nada que lo evite, no hay sueño colectivo, la revolución del sentido común de Donald I nos dicta “sálvese quien pueda”; pero por ese camino lo más probable es que nadie se salve.

Las fuentes de riqueza, comenzando por el trabajo humano y siguiendo con todo tipo de recursos, naturales, industriales, etc, están en disputa en todo el mundo, la nueva lucha por el espacio vital configura políticas de exterminio, pues la evolución tecnológica pone a cada vez más poblaciones en la lista de “prescindibles”, lista que se engrosará considerablemente durante el tiempo que permanezca  el reinado de DONALD I el nuevo mesías que muy probablemente sea consagrado como premio Nobel de la paz.

Entre otras fuentes de riqueza en abundancia y que están en disputa, sobresale la del narcotráfico, de la que Estados Unidos pretende fundar un monopolio, ese es el objetivo de la “prohibición” y el ardid mercantilista, propagan alguna sustancia, crean adictos y prohíben la sustancia, lo que termina generando riqueza inimaginable; el capitalismo en su fase nihilista ha devenido en narco/capitalismo.

Una fase violenta, destructiva, racista y sádica cuyo objetivo es imponer la supremacía blanca a través de la fundación escalofriante del Gran Estados Unidos y el Gran Israel, es ese el programa del nazi/sionismo; su principal obstáculo: CHINA Y RUSIA, su objetivo estratégico: Irán.

La lumpen burguesía tomó el poder en Estados Unidos, sus rivales contra hegemónicos, están dispuestos a todo para defender sus intereses, están dadas las condiciones del famoso Armagedón y hay un sicario suelto (Benjamín Netanyahu) fanático apocalíptico que tiene canonjías celestiales para hacer y deshacer, un ser despojado de todo atisbo de bondad

¿sálvese quien pueda?