“El odio es una larga espera”

               Ren Maran

Durante la Conferencia de Acción Política Conservadora acaecida en Washington para celebrar el mes de la entronización de Donald I,  el pseudo actor Eduardo Verástegui replicó el saludo nazi que antes habían ejecutado Steve Banon y Elon Musk, en un acto servil muy propio de los rastreros que patean al débil, pero se arrastran ante los poderosos.

El periodista Temoris Grecko escribió al respecto. “De los tres, uno es un payasito imitador que busca un condescendiente pellizquito en la mejilla; otro es un ideólogo de la ofensiva de la ultraderecha en América y Europa; y el tercero es un gran financiador con mucho dinero para gastar y ganas de hacerlo”.

 Me gustaría llegar a conclusiones respecto a lo que acertadamente planea Temoris;  Elon Musk es el jugador cuyo objetivo final es ser “dueño” de la tierra y también de marte, Steve Banon es el perverso cuyo objetivo es conquistar de una vez y por todas la “supremacía blanca”, Verastegui vendría a ser el tonto rastrero cuyo objetivo es recibir las migajas de sus amos y de pasada si es posible una caricia en los glúteos.

La periodista Martha Olivia López comentó:

“Eduardo Verástegui es un actor de quinta, que participó en algunas telenovelas en Televisa hace unos años.” Es muy amigo de exgobernadores priistas cuestionados, también cercano a Enrique Peña Nieto, con quien viajaba en el avión presidencial… nadie sabe por qué “.

También me gustaría llegar a conclusiones del dicho de la periodista; en efecto, es un actor de quinta o un nivel más bajo, pero lo peor, es un cretino abyecto que con el sólo hecho de copiar a Musk y Banon se desenmascara como un odiador embozado que arrastra su maltrecho trasero en espera de las caricias de los poderosos.

El odio es más fácil que el amor, nace del miedo visceral a lo distinto, pero que en el fondo su exaltación de ira se debe a algo que se encuentra en sí mismo; ahora resulta que Verastegui es homofóbico, Ricky Martin y Enrique Peña Nieto (expresidente de México) han de reír con melancolía y nostalgia a sabiendas que hay verdades que son mentiras y que nunca se sabrán.

Bien dice el dicho que el odio es: “comer veneno y esperar que otro se muera”, pero suele ser que el odiador termina siempre en la misma tragedia que el odiado, la historia está llena de ejemplos, baste con recordar el de su ídolo reciclado Adolfo Hitler.

¿Qué Hacer?

Ante la avalancha de odio contra la humanidad que el nazi sionismo propaga por el mundo como una tempestad imparable que nos dice, “ya se abrió el huevo de la serpiente”.

Antes de recurrir a Lenin buscó a Platón; “Hay odio en la misma medida que hay amor; el amor no podría existir si no estuviese delimitado por el odio” ¡la dialéctica luminosa del futuro!

Entre otros dislates del “tonto” se atrevió a decir ante sus amos que su objetivo es “Hacer a México grande otra vez” ¡vaya originalidad del actroz de quinta! me pregunto si peleará por la mitad del territorio que nos robó Estados Unidos, ahora que se reciclo la guerra del Lebensraum (espacio Vital).

Por supuesto que todas las personas tenemos el derecho a decir lo que nos venga en gana, a pensar como nos indique la conciencia, de hacer el saludo que se nos antoje y a no salir del closet jamás.

El actroz de quinta tiene todos esos derechos; atengámonos a las consecuencias.