VERDADES MENTIROSAS… Nazismo y Sionismo, juntos otra vez

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“El movimiento sionista dirigió una amplia campaña de incitación contra los judíos que vivían bajo el régimen nazi para despertar el odio del gobierno hacia ellos, alimentar la venganza contra ellos y expandir el exterminio masivo.

Mahmoud Abbas

 La historia es poética y es la gran creadora de todo género dramático, se repite infinidad de veces, ya sea como drama o comedia, puede ser farsa o tragedia y puede ser todo eso junto, se va construyendo como cosa del pasado, pero se disfraza de presente y escribe el porvenir, tal vez por ello es que el destino siempre nos alcanza, la historia es cuestión de futuro.

Hay ejemplos a la mano; los acuerdos nazis/sionistas firmados en Haavara en 1933: a cambio de facilitar la salida de judíos hacia Palestina, el gobierno nazi permitiría abandonar el país con parte de sus bienes a los judíos que se acogiesen al acuerdo. Según los sionistas fue una medida de salvación de los judíos, mientras que los críticos lo denuncian como una mera operación de rescate de capitales para impulsar la creación de un Estado judío a costa del pueblo palestino; a todos los racistas del mundo se les dio luz verde, y en primer lugar a Hitler y a los nazis, para hacer con los judíos lo que quisieran, siempre y cuando eso garantizara la inmigración judía a Palestina”.

Los judíos/alemanes que no se acogieron al acuerdo perecieron en el holocausto, los que aceptaron llegaron a Palestina en barcos con bandera nazi; por eso se dice que Adolf Hitler fundó el estado de Israel. Después de 91 años, una guerra mundial, un holocausto y millones de muertos, el sionismo se reencuentra con el nazismo, ahora redivivo en su cuna sagrada: Alemania.

Elon Musk, en su faceta de teórico del trumpismo y gran jefe de la contrarrevolución patriarcal se ha convertido en el máximo propagandista del nazismo y su partido en Alemania, ha dicho: Es bueno estar orgullosos de la cultura alemana, de los valores alemanes y no perderlos en una especie de multiculturalismo que lo diluye todo. Es curioso que tal afirmación venga del hijo de un sudafricano y una canadiense, que nació en Pretoria y estudió en Estados Unidos.

Para desgracia de Musk Alemania es multicultural, como Estados Unidos, Francia, España, la India, México y un largo etcétera conformado por todos los “países” del mundo. Pero el trumpismo es el templo del reencuentro entre sionismo y nazismo; ¿Quién ha sido el máximo defensor del saludo nazi del multibillonario durante la coronación de Donald I? ni más ni menos que Benjamin Netanyahu, el actual beneficiario de aquel holocausto y cuyo proyecto del gran Israel coincide perfectamente con las reivindicaciones nazis de Elion Musk, que además empuja desde sus poderosas redes al partido neonazi Alternativa para Alemania (AfD). 

Si alguien está de fiesta con esto es Netanyahu y su fanática camarilla de paleobiblicos; es el momento para que el ministro israelí haga lo que le de la gana en Gaza, Cisjordania y en el mundo entero, ya lo ha dicho Trump “vamos a limpiar Gaza”.

Si Israel se fundó bajo el aliento del nazismo, ahora el sionismo le da el aliento vital al nazismo redivivo, condición para fundar el Gran Israel, la gran Jasaría y el Gran Estados Unidos. Vaya que es poética la historia.

Para esa hipotética y nueva repartición del mundo es necesaria la resurrección de la lebensraum (espacio vital) que ya no se limita al mundo terrestre, incluye el universo entero; está lista la privatización de MARTE, seguramente con el magnate sudafricano como accionista mayor.

Una de las preocupaciones más obsesivas de Elon Musk es la reducción de la natalidad blanca en Estados Unidos, que implica la victoria demográfica de las minorías, entre ellas la más ascendente la mexicana/guadalupana; por ello entre sus bases conceptuales enarbola la teoría del reemplazamiento: los blancos están siendo reemplazados por otras razas y no sobrevivirán si no se toman medidas. Como bien sabemos ya hay supremacistas que han comenzado a tomarlas.

La Sociedad del Thule fue la inspiración del ideario nazi, bajo la egida de “los caballeros teutones” que sostenían que el Thule fue un supuesto reino que Virgilio nombra en La Eneida, que habría estado primero en el desierto de Gobi, y al que un terremoto desplazó a lo que hoy es Escandinavia, ese pueblo fue «la raza primigenia de la humanidad, y los primeros arios puros».

Es revelador que los nazis sentaron sus bases conceptuales en una secta mística y que el sionismo haga lo mismo, pues los máximos dirigentes, entre ellos el mismo Netanyahu, pertenecen a Jabad-Lubávich, también conocida como Chabad, Habad o Lubavitch, una organización judía jasídica con sede en  Brooklyn.

El objetivo de Jabad-Lubávich es” el de esparcir lo más posible la santidad por toda la Tierra, sin caer en el desprecio o la subestimación hacia lo terrenal, ya que se da énfasis al hecho de que en lugar de acceder a la santidad por abandono de lo terrenal se pretende formar una conexión con Dios elevando las cosas materiales.

Para lograrlo el nazisionismo está velando las armas.


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