“Nada es nuevo sólo lo que se ha olvidado”
(Rose Bertin)
Gerardo Lara
La humanidad está siendo presa de un devastador ataque, propio de las más improbables películas de ciencia ficción; EL ENTE desconocido de la serie B se ha hecho presente, es un destino que ya nos alcanzó.
Es una agresión selectiva; va en contra de una sola especie y en particular contra la parte marginal pero mayoritaria de dicha especie, es una acometida cuyo objetivo central es esa franja masiva a la que llamamos pueblo.
No sabemos que es a ciencia cierta ese enemigo, invisible al ojo humano, ignoramos de donde vino y cómo fue que comenzó el ataque, desconocemos si hay un porque o simplemente “las cosas son así”, nos dicen que ni siquiera es un ser vivo, que es una partícula, un virus, pero ¿QUÉ ES?: ¿es una cosa? ¿es una entidad con alma? O ¿solo es el azar?, una vez más, como en el nacimiento y en la muerte, el azar definitivo.
Al igual que en toda guerra, la verdad se ha extraviado, a tal grado que seguramente es irreconocible. LAS VERDADES MENTIROSAS son una característica esencial de la era ciber/fascista que tiene ya una fecha de nacimiento; el año 2020. Como en toda guerra el quebrantamiento del espíritu, a través del miedo y el hambre, es esencial, por ello a donde miro descubro desconcierto y pavor.
El no saber quién nos está matando ha creado un proceso de negación colectiva, de pretender que no existe el coronavirus o que no es letal o que no está por donde yo voy a pasar; no hay manera de reconocer al enemigo, ni de contratacar, ni de alistarse para el combate, la negación es la única defensa.
¿Pero cómo es posible que simplemente no se sepa el origen del virus?, ¿es parte de una guerra genética?,¿de una guerra étnica?, ¿de una limpieza mundial?, ¿es un mecanismo de recomposición del capital financiero?, ¿o de todo ello junto? vaya desamparo en el que hemos caído.
Lo que sí sabemos es que no tenemos arma alguna para aniquilar al poderoso atacante, es por ahora indestructible; a lo más que aspiramos es a inocularnos de un escudo(vacuna) que nos proteja de sus invasiones. Sabemos que es muy hábil y usa a la especie contra la especie, su estrategia es el fuego amigo a raudales, pues usa a las personas como caballos de Troya para atacar a otras personas y a otras y a otras, es el caso típico para el que aconseja la meditación zen: “Cuando no puedes hacer nada, deja que eso se haga”.
Si se sigue la ruta del dinero es fácil verificar que el capital financiero, Silicon Valley, la gran industria farmacéutica y otro puñado de oligarcas están de plácemes; ¿cuál es el plan de los grandes beneficiados del genocidio y el saqueo de la voluntad? ¿hasta dónde piensan extender el ataque?
Mientras tanto la especie enloquece, el espíritu humano vive bajo amenaza y las almas deliran en peligro; se siente en el aire la presión del miedo, el temor del hambre, ante la certeza de que nadie sabe nada y que no hay a quien creerle ¿Cuál es la mano invisible del genocidio?
Los semáforos se han vuelto daltónicos, la OMS inútil, la economía paupérrima, la salud un azar, mientras la banca financiera israelí/sionista, adelanta su agenda de privatización y bursatilización del agua. La banca israelí/sionista está de plácemes. ¿repito: ¿Cuál es la mano invisible del genocidio?
¿Hasta cuándo estará acotada la libertad individual y social? ¿las perderemos para siempre?, ¿Está en la agenda ciber/fascista el nacimiento de una generación sin libertades? ¿comprobaremos el aserto de Alejandro Jodorowsky?:
“Un pájaro nacido en una jaula cree que volar es una enfermedad”.
En otras palabras, estamos ante un proceso de siembra, normalización e institucionalización del terror. Que impone la encrucijada entre libertad y seguridad, con una parte importante del género humano cayendo en la trampa del “gozo de la servidumbre”, la comodidad de la “esclavitud segura”.
Pero contra el terror del poder si tenemos tres armas; la HISTORIA, por la que nos reconocemos, la FILOSOFÍA por la que nos pensamos y LA POESÍA, por la que nos sublimamos.
El terror que viene de fuera y se inocula adentro, sólo puede ser extirpado desde el interior profundo, desde la reconstrucción del amor, aunque no sé si quede suficiente en el mundo.
Tal vez ese sea el sentido del actual “estado de cosas”, más allá de toda objetividad; darnos un poco de soledad para buscar ese amor, otra vez con Jodorowsky:
“Para amar hay que emprender un trabajo interior que sólo la soledad hace posible”
El AMOR, que palabra tan poderosa, con sus infinitos significados cubre la narrativa de todo el género humano, entre sus enésimas acepciones, tiene una que lo dice todo: la palabra AMOR se compone del prefijo a que significa “sin” y la palabra en latín -mors (cuyo significado es muerte). Es decir, AMOR es “SIN MUERTE” … vivir con amor equivale a vivir sin muerte. Ya decía el gran MALCOLM LOWRY: “No se puede vivir sin amor”.
Se antoja la reconstrucción de la historia del amor que es el fruto mismo de nuestro devenir, del compartimiento del fuego, del peligro, del sexo, de la lucha común por la sobrevivencia de la especie
En esta guerra no sobrevivirá la humanidad más fuerte, lo hará aquella que sepa amar, es nuestra única defensa ante la premisa ciber/fascista de esclavitud o muerte.
Sera difícil la sobrevivencia del género humano en condiciones de libertad, pues con tal de “asegurar la vida”, el rebaño está dispuesto a someterse, ignoran que en la esclavitud el amor es imposible.
Ya nos anuncian que 2021 será un año catastrófico para el mundo, que el coronavirus llegó para quedarse y que habrá una nueva normalidad. ¿aceptaremos ese destino que nos tienen preparado? ¿será que no es posible otro camino? ¿seguiremos muriendo de nada? ¿sin poder siquiera despedir a nuestros muertos?
Apelo aquí a la creatividad resiliente porque ya “todo está en duda” y le creo a Clarice Lispector cuando advierte:
“La creatividad llega en una nebulosa”.
Y yo añado.
Hay que tener ojos dispuestos…ojos amantes para descubrirla.