Señoras y señores.
Muy buenas tardes a todas y a todos ustedes.
Agradezco la presencia del señor Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
De los señores Vicepresidentes de las Mesas Directivas del Senado de la República y de la Cámara de Diputados, que amablemente nos acompañan.
Y, de igual manera, a las y los Legisladores Federales que están aquí presentes.
Saludo al señor Presidente de la CONAGO.
Al señor Gobernador de Oaxaca, y al Gobernador de Chihuahua, Presidente de la Comisión de Justicia de la CONAGO. Gracias por estar aquí presentes.
De igual manera, me da mucho gusto saludar a esta muy distinguida presencia de representantes de la sociedad civil, especialmente, académicos, intelectuales, investigadores, que han hecho aportes importantes en esta discusión y debate que se ha abierto para construir una propuesta que nos permita mejorar nuestra justicia cotidiana.
Particularmente, quiero agradecer al Director del CIDE, de quienes hemos escuchado aquí su testimonio, porque ha sido una institución que ha contribuido de forma importante a la construcción de lo que hoy estamos presentando.
Y, de igual manera, al Director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Muchas gracias a Pedro por estar aquí presente.
Saludo a representantes de la sociedad civil que hoy aquí nos acompañan.
A Presidentes de Tribunales Superiores de Justicia, quienes están encabezados a través de la CONATRIB, al Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, a quien agradezco también el testimonio que nos ha dado, no sólo de apoyo y respaldo a lo que se está construyendo, sino lo que hoy promete será un amplio debate en el Congreso en su momento.
Señoras y señores.
Señores representantes de los medios de comunicación:
Como aquí se ha dicho, y creo que el video que se ha presentado ilustra suficientemente y ampliamente el trabajo que se ha desarrollado.
Hace apenas unos días concluyeron los diálogos, por lo que hemos denominado la Justicia Cotidiana, a los que convocaron el Gobierno de la República, el CIDE y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Este ejercicio democrático, plural y transparente se centró en identificar los principales problemas y retos de justicia en el país, pero, sobre todo, se enfocó a definir soluciones.
En estos diálogos, participaron más de 200 expertos de 26 instituciones, incluyendo a representantes de la sociedad civil, investigadores, académicos y abogados; así como a integrantes de organismos autónomos y de los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
A todas y todos los participantes les reconozco y agradezco su disposición para compartir su tiempo, su trabajo, su experiencia, sus ideas, sobre esta importante tarea.
He entregado de manera simbólica algunas constancias y reconocimientos a algunos de ustedes, pero quiero aquí me permitan pedir que tributemos a todos los participantes nuestro más amplio reconocimiento en esta tarea, que significó participar en nueve mesas de trabajo, durante 14 semanas, dedicando muchas horas de su tiempo, para poder arribar a lo que hoy estamos presentando.
Muchas gracias por esta importante contribución en favor de la justicia de México.
La justicia cotidiana es aquella, distinta a la penal, que vivimos todos los días en nuestro trato diario y facilita la paz social y la convivencia armónica.
De hecho, sin duda, ha sido ya un nuevo término que se ha acuñado éste, de justicia cotidiana, a lo que anteriormente llamábamos justicia no penal, porque los más de los casos están en ese ámbito, diferente del penal.
Para darnos una idea de su importancia, basta señalar que significa que casi el 90 por ciento, nueve de cada 10 controversias presentadas ante los Poderes Judiciales de nuestro país, sea en la instancia local o Federal.
Esto sin contar, además, los miles de procedimientos ante las juntas y tribunales laborales y administrativos, son distintos del ámbito penal. Son aquellos que están en nuestra vida diaria; son aquellos que nos llevan a resolver problemas del ámbito familiar, en donde hay conflicto y donde hay controversia, y donde hay que dictar justicia; del ámbito mercantil, del orden civil.
Esa es, precisamente, la justicia cotidiana.
Es la que reclaman los trabajadores, los vecinos, las madres y padres de familia; la que se vive en las escuelas y la que más frustración nos produce cuando se queda sin resolver.
Es la justicia cotidiana la que hace la diferencia en la vida diaria de los mexicanos.
Esto quiero decir que la justicia cotidiana es la justicia que más le importa y afecta a la gente.
De ahí la relevancia de estos diálogos, de los cuales han surgido propuestas que retomamos como Gobierno, para adoptar medidas en la materia.
Los mexicanos demandan soluciones sencillas y prácticas, acordes a su ritmo de vida actual. Quieren un sistema de justicia eficiente, que resuelva y dé resultados. Quieren un sistema justo y parejo.
Hoy comenzamos a implementar las soluciones que se trabajaron en los Diálogos por la Justicia Cotidiana.
Este día, gracias a la presencia de ustedes y teniéndoles por testigos, enviaré al Congreso de la Unión un primer paquete con ocho iniciativas de Reforma Constitucional, tres iniciativas de Reforma Legal y la propuesta de una nueva Ley General.
También firmaré un Decreto Administrativo para propiciar la conciliación en los conflictos que se resuelven en la Administración Pública Federal.
Dentro de los cambios propuestos, se incluyen los siguientes:
Crear, a nivel constitucional, el Sistema Nacional de Impartición de Justicia, lo que permitirá una mayor articulación entre los Poderes Judiciales y los demás órganos del Estado mexicano que imparten justicia.
Por ejemplo, a partir de una mayor coordinación y la adopción de plataformas tecnológicas comunes, podríamos hacer realidad los juicios en línea y facilitar el acceso a la justicia desde cualquier computadora o dispositivo móvil.
Fortalecer la independencia de los Poderes Judiciales locales, así como sus órganos de administración, vigilancia y sanción.
Se impulsa que los jueces y magistrados se nombren a partir de conocimientos y experiencia, para elevar la calidad de la justicia que imparten.
Buscamos que las autoridades privilegien la resolución del fondo de los conflictos, evitando que los formalismos o tecnicismos legales retrasen o nieguen la justicia a los mexicanos.
Se propone crear un Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares para unificar, en todo el país, las reglas en esta materia.
Tenemos que evitar la disparidad de derechos y lograr que en todos los estados prevalezcan las mejores prácticas.
No es aceptable, por ejemplo, que una madre tarde años en obtener la custodia o la pensión para su hijo.
También se contempla ampliar la aplicación de la justicia oral en el ámbito mercantil, para que todos los asuntos mercantiles sean resueltos de forma rápida y transparente.
Queremos fomentar que la mayoría de los conflictos se resuelvan sin tener que llegar a juicio. Para ello, se prevé establecer una Ley General de Medios Alternos de Solución de Conflictos.
En pocas palabras, queremos superar el dicho que dice: Más vale un mal arreglo, que un buen pleito.
Cuál es el objetivo.
Lograr un buen arreglo, sin llegar a un pleito, eso es lo que propone lo que hoy estamos presentando.
La justicia cotidiana también significa dar solución a los problemas vecinales, a los incidentes de tránsito o a las disputas que surgen en la convivencia diaria. Por esa razón, debemos contar con una Ley General de Justicia Cívica, para que estos conflictos puedan resolverse en un día y no en semanas o meses.
Además, se propone una Ley General de Justicia Itinerante para que la justicia llegue a todo México, sin importar que tan pequeña o difícil acceso sea una comunidad y que la justicia esté al servicio de los que más la necesitan.
Se trata de llevar a cabo Caravanas de Justicia, para que evitemos que mucha gente que se encuentre en lugares apartados o recónditos de la geografía nacional, no importando su distancia, tengan a veces que gastar para poder ir a pedir justicia a donde se imparte.
Con esta propuesta, particularmente, establecemos el propósito de realizar Caravanas por la Justicia, que la justicia vaya a esas comunidades y se resuelvan ahí, in situ, en esas pequeñas comunidades apartadas y lejanas de la geografía, los problemas que eventualmente se tengan y que puedan ser resueltos de forma inmediata.
El conjunto de iniciativas que hoy presento, también contempla un cambio estructural a nuestro modelo de justicia laboral, para proteger los derechos de los trabajadores de mejor manera.
Ésta, la justicia laboral, ha ido evolucionando, y hoy requiere de conocimientos especializados. Por eso, proponemos la creación de modernas instancias de conciliación, para que los conflictos se resuelvan de forma amigable; y, además, se propone que la justicia laboral sea responsabilidad de poderes judiciales independientes.
La justicia cotidiana también debe servir para facilitar la vida diaria de las personas. Para ello, se propone un Marco Nacional de Mejora Regulatoria, que permita contar con trámites gubernamentales más rápidos y sencillos.
Se trata de reducir los márgenes de discrecionalidad de las autoridades y, con ello, cerrar espacios a la corrupción.
También, firmaré una iniciativa para homologar el funcionamiento de los registros civiles, a fin de que, entre otros beneficios, puedas obtener tu Acta de Nacimiento o de Matrimonio vía Internet, sin importar dónde te encuentres.
Lo anterior, se complementa con la propuesta de una nueva Ley General de Registros Públicos y Catastros, que brinde a todos los mexicanos certeza sobre la propiedad de su vivienda y de sus tierras.
En síntesis.
Con todas estas propuestas, estamos impulsando una transformación estructural de la justicia en los ámbitos más cercanos de todos los días, de las personas.
Señoras y señores:
Estoy seguro de que las reformas en materia de justicia cotidiana serán un gran marco para honrar el Centenario de nuestra Constitución, en 2017.
Los diálogos dieron cauce a las aspiraciones y exigencias de justicia de los mexicanos.
Con estas acciones, el Gobierno de México da un paso importante para convertirlas en realidad.
Corresponderá, ahora, al Congreso de la Unión discutir las iniciativas, enriquecerlas y, eventualmente, aprobarlas.
Los resultados de estos diálogos reafirman nuestro compromiso por construir un mejor país; un país más justo y equitativo, que garantice, a todos, el acceso a la justicia.
Un México donde haya justicia, además de pronta, expedita e imparcial, algo muy importante: que haya justicia eficaz, donde la justicia sea una realidad cotidiana y donde la justicia jale parejo para todos.
Muchas gracias por estar presentes en este evento