El PRI vive horas cruciales, toda vez que mientras la dirigencia nacional encabezada por Alejandro ‘Alito’ Moreno sigue acelerando el proceso para perpetuarse al frente del partido, otros grupos políticos están afinando ya también los procesos de impugnación para revertir toda esta serie de acciones realizadas de forma apresurada al interior del Revolucionario Institucional.
Durante el fin de semana, se aprobaron una serie de cambios a los estatutos del partido, que permitirían a Alejandro Moreno reelegirse hasta por 8 años al frente del PRI, a pesar de que cientos de priistas destacados habían firmado una carta para posponer estas sesiones organizadas por la dirigencia priista.
Tras aprobarse esta serie de cambios en los estatutos, ‘Alito’ y su camarilla están convocando a este miércoles 10 de julio, a una asamblea extraordinaria del Consejo Político Nacional, para definir el método mediante el cual se eligirá la próxima presidencia y secretaría general del partido, para el periodo 2024-2028.
No obstante que de forma paralela, tres ex presidentes del PRI, Dulce María Sauri, Pedro Joaquín Coldwell y Enrique Ochoa Reza, están preparando una serie de impugnaciones, que deben presentarse también este miércoles 10 de julio, para revertir los cambios a los estatutos.
Los firmantes, denuncian de entrada que el proceso no se realizó dentro de los tiempos políticos del próximo ciclo electoral, toda vez que aún siguen pendientes decenas de impugnaciones del proceso electoral vigente, por lo cual acusaron también la indiferencia y falta de respeto de la dirigencia priista a estos proceso que continúan en los tribunales.
Los ex presidentes del PRI que rechazan la reelección de Moreno, también están sustentando una serie de argumentos legales para invalidar los cambios a los estatutos, advirtiendo que estos procesos serán llevados tanto al INE, así como también a los tribunales electorales.
De este modo persiste aún la incógnita acerca del destino del partido, toda vez que se está agudizando la polarización y la disputa por la dirigencia, todo esto mientras el PRI atraviesa su peor crisis de las últimas décadas.
