Durante el periodo vacacional de invierno, el Gobierno del Estado de México (GEM) lanzó una invitación para recorrer y conocer los 12 Pueblos Mágicos de la entidad, con el objetivo de impulsar el turismo local y mostrar la diversidad cultural, natural y gastronómica del territorio mexiquense.
Una red turística con identidad y tradición
De acuerdo con la información oficial, los Pueblos Mágicos del Estado de México concentran una amplia oferta que combina historia, paisajes naturales, actividades recreativas y expresiones artesanales, lo que permite atender a distintos perfiles de visitantes, desde familias hasta personas interesadas en el turismo cultural o de aventura.
El GEM destacó que en cada comunidad, artesanas y artesanos locales participan de forma activa, ofreciendo productos y experiencias que reflejan las tradiciones y saberes heredados de generación en generación.

Destinos con historia, naturaleza y descanso
Entre los municipios señalados se encuentra Aculco, reconocido por sus calles empedradas, cascadas y la elaboración tradicional de quesos; así como El Oro, donde la herencia minera se mantiene viva en espacios como el Museo Estatal de Minería y edificios históricos.
En el rubro de descanso y bienestar, Ixtapan de la Sal figura por sus aguas termales y balnearios, mientras que Tonatico destaca por las Grutas de la Estrella, uno de los atractivos naturales más visitados de la región sur del estado.
Patrimonio cultural y zonas arqueológicas
El comunicado también subraya la relevancia de sitios con alto valor histórico, como Malinalco, que reúne una zona arqueológica de origen prehispánico y un convento agustino del siglo XVI, y Otumba, donde se localiza el Acueducto del Padre Tembleque, reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Asimismo, Teotihuacán y San Martín de las Pirámides mantienen su atractivo con actividades como los vuelos en globo aerostático, que permiten apreciar desde el aire la zona arqueológica.
Artesanía, aventura y turismo religioso
Otros Pueblos Mágicos, como Metepec, son identificados por su producción artesanal, particularmente por piezas emblemáticas como los Árboles de la Vida. Villa del Carbón, por su parte, combina áreas ecoturísticas con la elaboración de artículos de piel y talabartería.
En Tepotzotlán, la oferta incluye turismo de aventura en los Arcos del Sitio y la Presa La Concepción, además de rutas tradicionales vinculadas a la producción del pulque. Jilotepec suma espacios naturales y sitios de turismo religioso, mientras que Valle de Bravo concentra deportes extremos y áreas dedicadas al descanso y la contemplación.














