Desde hace varios días, los bosques de Lerma, Estado de México, arden sin control, consumiendo hectáreas de vegetación y amenazando la biodiversidad de la región. Comunidades como San Francisco Xochicuautla, Ameyalco, San Lorenzo Huitzizilapan y, de manera alarmante, Analco, enfrentan una crisis ambiental que pone en riesgo no solo el entorno natural, sino también la seguridad y el bienestar de sus habitantes.
En Analco, el fuego ha persistido durante al menos cuatro días, y la ausencia de autoridades municipales ha dejado a la población civil como única fuerza de contención frente a las llamas, en un esfuerzo heroico pero insuficiente.
El incendio forestal de Analco ha alcanzado proporciones críticas. Según reportes locales, el fuego comenzó hace varios días y, lejos de ser controlado, continúa propagándose debido a las condiciones climáticas adversas, como altas temperaturas, baja humedad y fuertes vientos.
Lo más preocupante es la falta de respuesta por parte de las autoridades municipales. Vecinos de la zona han denunciado que no han visto brigadas oficiales ni apoyo logístico del gobierno local, lo que ha obligado a la población civil a organizarse para combatir el incendio con recursos limitados.
Testimonios de los habitantes de Analco, revelan un escenario desolador. Los pobladores han encontrado bidones de gasolina y encendedores en las áreas afectadas, lo que sugiere que el incendio podría haber sido provocado intencionalmente, un problema recurrente en México, donde el 98.3% de los incendios forestales son causados por actividades humanas, según datos históricos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor). Sin embargo, las denuncias presentadas por la comunidad no han recibido atención, y la falta de investigación oficial agrava la frustración de los afectados.
Ante la inacción de las autoridades municipales, los habitantes de Analco y comunidades aledañas han tomado la iniciativa. Equipados con herramientas rudimentarias como palas, machetes y cubetas de agua, los pobladores trabajan incansablemente para abrir brechas cortafuego y contener el avance de las llamas. Sin embargo, enfrentan condiciones extremas: el humo denso afecta su salud, y la falta de equipo adecuado, como mascarillas o trajes ignífugos, pone en peligro sus vidas.
En San Francisco Xochicuautla y San Lorenzo Huitzizilapan, la situación no es muy diferente, donde la magnitud de los incendios supera la capacidad de respuesta.
A pesar de que el día de ayer un helicóptero de Grupo Relámpagos estuvo apoyando con descargas de agua, hasta este martes se siguen reportando múltiples áreas afectadas por las llamas.
A la ciudadanía, se le pide reportar cualquier incendio al Teléfono Rojo de Probosque (800-590-1700) o al 911, y evitar actividades que puedan desencadenar nuevos siniestros, como arrojar colillas o realizar quemas agrícolas sin control.