El Nevado de Toluca, también conocido como Xinantécatl, fue escenario de una notable operación de rescate durante ayer 3 de febrero, cuando una inusual nevada atrapó a un grupo de 14 personas, entre ellas dos menores de edad, en sus faldas.

La tormenta, que trajo consigo condiciones extremas de frío y visibilidad casi nula, puso a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades y la resistencia de los afectados.

La nevada comenzó a intensificarse alrededor de las 11 a.m. del 3 de febrero, convirtiendo rápidamente las rutas de acceso al Nevado en peligrosas y casi impracticables. Los excursionistas, que habían salido con la intención de disfrutar de las vistas nevadas, quedaron atrapados en una situación de emergencia cuando la tormenta azotó con fuerza.

Las temperaturas cayeron drásticamente, y la nieve comenzó a acumularse, dificultando cualquier intento de retorno por cuenta propia.

La Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM), a través de su Agrupamiento de Alta Montaña y Agreste, fue alertada sobre la situación de los excursionistas. Alrededor de las 13:30, se desplegó un operativo de rescate que involucró a especialistas en montañismo y rescate en condiciones adversas.

La operación requirió de helicópteros y vehículos todo terreno para alcanzar las áreas afectadas, ya que las vías tradicionales estaban bloqueadas por la nieve.

Después de varias horas de navegación por condiciones meteorológicas extremas, los rescatistas lograron localizar al grupo cerca del Parque de los Venados. Los menores de edad y algunos adultos presentaban signos de hipotermia y agotamiento, pero gracias a la rápida intervención y el equipamiento adecuado de los equipos de rescate, todos fueron trasladados a zonas seguras donde recibieron atención médica inmediata.

Una vez asegurada la seguridad de los rescatados, se procedió a su evacuación hacia hospitales cercanos para una evaluación médica más detallada. Afortunadamente, todos fueron dados de alta en buen estado de salud, aunque con algunas advertencias para recuperarse completamente del frío extremo al que estuvieron expuestos.