En una manifestación que ha paralizado la circulación en uno de los principales accesos a la Ciudad de México, propietarios y trabajadores de centros nocturnos han vuelto a tomar los carriles centrales y laterales del Periférico Norte, justo frente al Parque Naucalli en Naucalpan, Estado de México. La protesta se dirige en contra de la «Operación Atarraya», una serie de acciones gubernamentales que buscan combatir la venta de drogas, trata de personas y otros delitos en este tipo de establecimientos.

Los manifestantes, con pancartas y gritos de «¡Dejen de sembrar droga!» y «¡Déjenos trabajar!», han interrumpido el flujo vehicular en el Periférico Norte, una ruta crucial que conecta la autopista México-Querétaro con la capital del país, causando congestión por varios kilómetros. La escena es de caos controlado, con vehículos detenidos y personas tratando de entender la situación mientras la protesta avanza.

Este no es el primer enfrentamiento de este tipo; de hecho, es la segunda vez en pocos días que los propietarios de antros han recurrido a estas medidas extremas para hacer oír su voz. Lo que distingue a esta protesta de la anterior es la ausencia de un representante visible del operativo, lo cual ha intensificado las tensiones y la sensación de desorden.

El Operativo Atarraya, iniciado por las autoridades del Estado de México, ha involucrado la inspección y cierre de más de 500 bares, chelerías y centros nocturnos en municipios como Naucalpan, Ecatepec, Tlalnepantla y Nezahualcóyotl. El objetivo de estas acciones es desmantelar puntos de venta de drogas y otros crímenes asociados con estos establecimientos. Sin embargo, los propietarios y trabajadores argumentan que estas operaciones incluyen prácticas de «sembrar evidencia», lo que les impide operar legalmente.

La manifestación ha generado un debate sobre el balance entre la seguridad pública y la libertad de los negocios. Mientras los dueños de los antros claman por un trato justo y la oportunidad de demostrar su inocencia o cumplir con la normativa, las autoridades insisten en la necesidad de estas operaciones para proteger a la comunidad de actividades ilegales.

La situación en Periférico Norte continúa, y se espera que las autoridades respondan pronto, ya sea con diálogo o con medidas para despejar la vía. La comunidad espera que se llegue a una resolución que permita tanto la seguridad como la continuidad de los negocios legítimos.