En el marco de la Semana Internacional de Acceso Abierto, El Colegio Mexiquense llevó a cabo la mesa redonda “Conocimiento abierto: políticas, comunidades, infraestructuras. ¿A quién le pertenece nuestro conocimiento?”, un espacio de reflexión sobre el papel del acceso libre a la información científica y su relación con los derechos humanos.
El encuentro, coordinado por Ivonne Lujano Vilchis, investigadora posdoctoral en la Secihti, reunió a seis especialistas de distintas instituciones y países, quienes analizaron los desafíos que enfrenta la ciencia en un contexto global donde la mayor parte de la información está concentrada en grandes centros de datos —principalmente en China, Estados Unidos y Europa—, lo que condiciona el acceso equitativo al conocimiento.
Ciencia y datos: una brecha global
Durante su intervención, Gabriel Vélez Cuartas, de la Universidad de Antioquia (Colombia), explicó que los llamados data centers concentran la información digital del mundo, lo que otorga a las potencias tecnológicas un control estratégico sobre el flujo de datos. Subrayó que China duplica a Estados Unidos en capacidad de procesamiento, mientras que ambos países dominan la generación y uso de datos a nivel global.
Según Vélez Cuartas, esta concentración plantea interrogantes sobre la finalidad de los datos y la forma en que se establecen las agendas científicas, pues “todo lo que puede comunicarse está ya digitalizado y sometido a estructuras políticas que determinan su acceso”.
El conocimiento como bien público
Por su parte, Alejandra Hurtado Tarazona, también investigadora posdoctoral en la Secihti, sostuvo que la ciencia debe ser considerada un derecho humano y un bien público. Recordó que, en México y América Latina, la mayor parte de la investigación científica se financia con recursos públicos, provenientes de los impuestos, por lo que el conocimiento resultante pertenece a la sociedad.
“El conocimiento es de todos —afirmó—: las comunidades lo crean, las instituciones lo sostienen y la sociedad lo financia. Su destino final debe ser el bien público.”
Editoriales y acceso abierto
El especialista Arturo Garduño Magaña, de Open Book Collective, abordó los retos de las editoriales académicas en torno al acceso abierto. Señaló que las grandes bases de datos científicas generan ganancias millonarias, que en algunos casos superan los nueve mil millones de libras esterlinas, mientras que en América Latina los esfuerzos por abrir la información dependen del financiamiento público y la colaboración entre instituciones.
Garduño destacó las iniciativas que buscan fortalecer las revistas y libros de acceso abierto como alternativa a los modelos comerciales que restringen el uso del conocimiento científico.
Compromisos internacionales
Finalmente, Bárbara Rivera López, community manager de la Declaración de Barcelona, explicó los cuatro compromisos asumidos por las 125 organizaciones firmantes de 31 países que promueven la soberanía del conocimiento mediante la información abierta. Entre ellas se encuentra México, junto con otras ocho instituciones de América Latina.
Los participantes coincidieron en que el acceso libre a la información científica es fundamental para garantizar el derecho humano a la ciencia y fomentar la equidad en la generación y uso del conocimiento.
El evento contó con mensajes de bienvenida y clausura por parte de Miguel Adolfo Guajardo Mendoza, secretario general de El Colegio Mexiquense, y cerró con un diálogo entre los panelistas y el público que siguió la transmisión en redes y plataformas digitales.














