Este viernes, miles de maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) protagonizaron una jornada de protestas que paralizó las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), afectando la movilidad de pasajeros y el tráfico en una de las zonas más transitadas de la capital.
Las manifestaciones, que se concentraron en las terminales 1 y 2, forman parte de una serie de movilizaciones iniciadas el 15 de mayo, en el marco del Día del Maestro, para exigir mejoras laborales y la abrogación de la Ley del ISSSTE de 2007.
Desde las 9:30 de la mañana, contingentes de la CNTE avanzaron hacia el AICM, bloqueando accesos clave como el Circuito Interior y avenidas cercanas a las terminales. La protesta, que reunió a docentes de estados como Oaxaca, Michoacán, Guerrero y la Ciudad de México, generó caos vial y obligó a la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) a suspender temporalmente despegues y aterrizajes durante aproximadamente 30 minutos.
Aerolíneas como Aeroméxico recomendaron a los pasajeros llegar con mayor antelación, mientras que la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) desplegó un operativo para mitigar las afectaciones y escoltar a viajeros varados.
El Metro de la Ciudad de México reportó el cierre temporal de estaciones cercanas como Hangares, Terminal Aérea y Boulevard Puerto Aéreo, aunque el servicio se restableció parcialmente durante la tarde. Los bloqueos no solo impactaron la movilidad, sino que también reflejaron la determinación de la CNTE de presionar al gobierno federal para que atienda sus demandas.
Las protestas de este viernes ocurrieron en un contexto de creciente tensión entre la CNTE y el gobierno federal. Una reunión programada para el mediodía del 23 de mayo entre representantes de la CNTE y el gobierno de Claudia Sheinbaum fue cancelada.
En su conferencia de este viernes, Sheinbaum expresó su apoyo a las manifestaciones pacíficas, pero cuestionó las acciones de la CNTE, argumentando que no era necesario afectar a la ciudadanía cuando el diálogo ya estaba pactado. “No vamos a caer en provocaciones, pero hay cosas que no están bien”, afirmó, destacando que el gobierno enfrenta limitaciones presupuestales que impiden cumplir con demandas como el aumento salarial del 100%.
