Este viernes la familia informó sobre el fallecimiento de Olegario Vázquez Raña, un empresario que dejó una marca imborrable en el país, tanto por sus logros como por las críticas que lo persiguieron a lo largo de su vida. A los 89 años, este magnate de origen gallego, hijo de emigrantes provenientes de Avión, Ourense, España, cerró un capítulo que combinó éxito empresarial, hazañas deportivas y una relación ambivalente con el poder político mexicano.
Olegario Vázquez Raña
Nacido el 10 de diciembre de 1935 en la Ciudad de México, Vázquez Raña fue el hijo de Venancio Vázquez y María Raña, inmigrantes españoles que llegaron a México en la década de 1920 buscando un futuro mejor. Desde niño, mostró un espíritu emprendedor: a los nueve años ya ayudaba en el pequeño negocio familiar, Almacenes Vázquez, cobrando por avisar a los vecinos sobre llamadas telefónicas en una época en que los teléfonos eran un lujo. Este primer contacto con el comercio sembró las semillas de lo que sería una carrera empresarial monumental.
Con el tiempo, aquel modesto almacén evolucionó en el poderoso Grupo Empresarial Ángeles, fundado en 1986 y consolidado en 1998 como un conglomerado que abarca sectores clave de la economía mexicana: salud, medios de comunicación, turismo y finanzas.
La cadena de Hospitales Ángeles, con más de 28 centros médicos, se convirtió en un referente de la salud privada en México, mientras que su incursión en los medios con Grupo Imagen —que incluye el diario Excélsior, Imagen Televisión y varias estaciones de radio— lo posicionó como un actor influyente en la opinión pública. Además, su adquisición de la cadena hotelera Camino Real y su participación en el sector financiero con Grupo Multiva diversificaron aún más su imperio.
Antes de ser conocido como empresario, Vázquez Raña destacó en el ámbito deportivo. Representó a México como tirador de rifle en cuatro Juegos Olímpicos consecutivos: Tokio 1964, México 1968, Múnich 1972 y Montreal 1976. Aunque no obtuvo medallas, su habilidad lo llevó a establecer récords nacionales y mundiales en la disciplina, incluyendo el récord mundial de rifle de aire en 1973 y 1975. Su pasión por el tiro lo catapultó a liderar la Federación Internacional de Tiro Deportivo de 1980 a 2018, un cargo desde el que impulsó la modernización del deporte.
Su influencia en el deporte no se limitó a las federaciones: en 2014, adquirió el equipo de fútbol Gallos Blancos de Querétaro y logró un golpe mediático al fichar a la estrella brasileña Ronaldinho, elevando el perfil del club en la Liga MX y demostrando su capacidad para convertir inversiones en espectáculo.
A pesar de sus logros, la figura de Olegario Vázquez Raña estuvo envuelta en polémica. Su riqueza y expansión empresarial fueron frecuentemente asociadas con una cercanía sospechosa al poder político, particularmente con el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Se le acusó de beneficiarse de contratos gubernamentales y privatizaciones durante los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Proyectos como la extensión de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México y la construcción del fallido Aeropuerto Internacional de Texcoco, a través de su constructora Prodemex, alimentaron las críticas sobre un supuesto favoritismo que lo enriqueció a costa del erario público.
Uno de los episodios más señalados ocurrió en 2000, cuando tras la derrota electoral del candidato priista Francisco Labastida, la familia Vázquez Raña ofreció su residencia en España como refugio temporal para el político. Asimismo, en 2012, Peña Nieto lo invitó como huésped de honor a un evento apenas días después de asumir la presidencia, un gesto que reforzó la percepción de una alianza entre el magnate y la élite política. Las investigaciones periodísticas, como los Bahama Leaks de 2016, también lo señalaron como propietario de empresas offshore, sugiriendo maniobras para evadir impuestos.
Casado con María de los Ángeles Aldir, Vázquez Raña dejó tres hijos, entre ellos Olegario Vázquez Aldir, quien asumió la dirección ejecutiva de Grupo Empresarial Ángeles en 2009 y continuó expandiendo el legado familiar. Su muerte, ocurrida en la madrugada del 28 de marzo de 2025, ha generado reacciones encontradas: mientras algunos lo celebran como un visionario que transformó la salud, los medios y el deporte en México, otros lo recuerdan como un símbolo de las desigualdades y los privilegios de una élite favorecida por el sistema.