La suspensión del ascenso y descenso en el fútbol mexicano desde 2020 ha desencadenado un conflicto que no cesa. Seis clubes de la Liga de Expansión MX —Leones Negros de la Universidad de Guadalajara, Venados FC, Atlético Morelia, Cancún FC, Club Atlético La Paz y Mineros de Zacatecas— sostienen una demanda ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) para exigir el retorno de este sistema, eliminado durante la pandemia con el argumento de estabilizar la economía de los clubes.
La decisión, tomada por la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) y la Liga MX, transformó la antigua Liga de Ascenso en la Liga de Expansión MX, con la promesa de reactivar el ascenso en 2026. Sin embargo, los clubes acusan a la FMF de incumplir este compromiso, imponiendo requisitos de certificación opacos que consideran una barrera para perpetuar el modelo actual.
El 19 de mayo de 2025, diez clubes presentaron una apelación ante el TAS, exigiendo el ascenso y descenso para la temporada 2025-2026. Desde entonces, Atlante, Alebrijes de Oaxaca, Cimarrones de Sonora y Jaiba Brava se han retirado, dejando solo a los seis equipos mencionados en la lucha.
La salida de Cimarrones, en particular, se asocia a una posible venta de su plaza a Tampico Madero. Los clubes restantes insisten en que su demanda busca un fútbol más justo, donde el mérito deportivo prevalezca. El TAS está en fase de intercambio de escritos, con una audiencia intermedia prevista para septiembre y un fallo esperado a finales de 2025.
El conflicto se ha intensificado por denuncias de represalias económicas. Los clubes aseguran que, tras presentar la demanda, la FMF suspendió un subsidio anual de 20 millones de pesos por equipo, proveniente de un fondo financiado por multas a los últimos lugares de la Liga MX. Este recurso, consideran, era una compensación por la eliminación del ascenso, y su retiro lo ven como una sanción ilegal por recurrir al TAS.
La FMF argumenta que los clubes violaron cláusulas, pero los equipos han solicitado al TAS una medida cautelar para restablecer los pagos, mientras enfrentan dificultades financieras que afectan sus operaciones, como la suspensión de divisiones menores en algunos casos.
Los clubes también señalan conflictos de interés en la estructura del fútbol mexicano, donde la Liga MX y la FMF dominan decisiones que limitan la competitividad. La certificación, que solo Leones Negros y Atlante han obtenido, es vista como una simulación para bloquear el ascenso. La suspensión de este sistema ha reducido la asistencia a estadios, el desarrollo de talento y la competitividad, afectando al fútbol mexicano en su conjunto.
La resolución del TAS será vinculante y podría redefinir el futuro del balompié nacional, ya sea restableciendo el ascenso o consolidando el modelo actual. Mientras tanto, los seis clubes de Expansión resisten, buscando no solo defender sus derechos, sino devolver al fútbol mexicano su esencia competitiva.