Este lunes, la mexicana Renata Zarrazúa se ha despedido del Abierto de Wimbledon, tras haber perdido en dos sets con la británica Emma Raducanu, quien tampoco estaba sembrada en el ranking.
Varios medios están calificando el papel de la mexicana, como algo «histórico» para el tenis nacional, simplemente porque le tocó jugar en la Cancha Central de Wimbledon.
Este tema resulta un tanto controvertido, pues la designación por canchas en primera ronda, no es una cuestión que esté relacionada con los méritos deportivos.
De hecho, la tenista mexicana, tampoco accedió a esta fase por méritos deportivos contundentes; pues incluso ella ya se había dado por eliminada, después de perder su partido clasificatorio ante la estadounidense Kessler; no obstante que debido a que la rusa Ekaterina Alexandrova, quien sí había ganado su clasificatorio, cayó enferma, finalmente es que la mexicana obtuvo su boleto a primera ronda por invitación.
Zarrazúa, es posiblemente la mejor tenista mexicana en la actualidad, y sí resulta de elogiar que aunque sea de forma circunstancial, se haya convertido en la cuarta mexicana de la historia en llegar a primera ronda de Wimbledon, no obstante que jugar un partido de primera ronda por invitación, y que por sorteo le haya tocado la cancha central, no resulta algo demasiado «histórico» que celebrar, y por el contrario, un recordatorio del pobre nivel que prevalece en el tenis nacional.