En los últimos días, un caso que había conmocionado a la opinión pública en la Ciudad de México ha tomado un giro inesperado tras las investigaciones realizadas por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX). Se trata de la historia de Fátima, una estudiante de la Secundaria Diurna 236, ubicada en la alcaldía Iztapalapa, quien presuntamente había sido agredida y arrojada desde un tercer piso por compañeros que la acosaban por su gusto por el K-pop. Sin embargo, la nueva versión oficial indica que la menor se lanzó sola, un desenlace que ha generado sorpresa y reflexión sobre el bullying, la salud mental y la difusión de información en redes sociales.
El caso de Fátima se viralizó a principios de febrero de 2025, cuando diversas publicaciones en redes sociales denunciaron que la joven había sido víctima de acoso escolar por parte de sus compañeros debido a su afición por el K-pop, un género musical originario de Corea del Sur que ha ganado popularidad entre los jóvenes mexicanos. Según estas versiones iniciales, el hostigamiento habría escalado hasta un acto de violencia extrema: sus agresores la habrían empujado desde el tercer piso de la escuela, dejándola gravemente herida. La Embajada de Corea del Sur en México incluso se pronunció al respecto, condenando el bullying y exigiendo justicia, lo que amplificó aún más la indignación pública.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México (AEFCM) lamentaron los hechos y confirmaron que la menor había resultado lesionada el 4 de febrero. Sin embargo, desde el inicio, las autoridades educativas pidieron cautela, señalando que no había evidencia concluyente de que Fátima hubiera sido arrojada por alguien más.
Ante la gravedad de las acusaciones y la presión social, la FGJCDMX abrió una carpeta de investigación para esclarecer lo sucedido. El proceso incluyó entrevistas con el personal de la escuela, compañeros de Fátima, y otras personas relacionadas con el caso, así como el análisis de videos y testimonios. Tras semanas de indagatorias, la Fiscalía llegó a una conclusión que contradice la narrativa inicial: Fátima no fue empujada, sino que ella misma se lanzó desde una altura considerable en el plantel escolar.
Esta nueva versión ha descartado la hipótesis de una agresión directa por parte de sus compañeros. Sin embargo, la FGJCDMX no ha negado que la menor pudo haber enfrentado un contexto de bullying que influyera en su decisión. Según fuentes cercanas a la investigación, Fátima había expresado en semanas previas su incomodidad por el trato de algunos compañeros y su renuencia a regresar a clases tras las vacaciones de diciembre. Aunque las autoridades escolares intentaron mediar en el conflicto, el apoyo no fue suficiente para evitar la tragedia.
El desenlace del caso ha generado reacciones mixtas. Por un lado, algunos usuarios en redes sociales han cuestionado la labor de la escuela y las autoridades, argumentando que, independientemente de que Fátima se haya lanzado sola, el bullying pudo haber sido un factor determinante en su estado emocional. Otros han destacado la necesidad de abordar la salud mental de los adolescentes, un tema que a menudo queda relegado en el sistema educativo mexicano.