Con tan solo 17 años, Mari Fer Ordóñez, originaria de San Pedro Arriba, Temoaya, y orgullosamente otomí, se ha convertido en una figura prometedora en el mundo de la música de mariachi. Su innata pasión por el canto la está llevando a nuevos horizontes, preparándose para ser parte del 9° Encuentro Internacional del Mariachi en Tlaxcala, que se celebrará del 18 al 22 de agosto. En dicho evento, buscará no solo exhibir su talento, sino también honrar y representar su rica herencia cultural al participar por el Galardón “La Voz Juvenil del Mariachi”.
Actualmente, Mari Fer se encuentra en intensos preparativos para su participación en el Encuentro Internacional de Tlaxcala, un evento de cuatro días que incluye clases y rondas eliminatorias. Para ella, esta es una oportunidad dorada para mostrar su amor por la música y continuar su desarrollo artístico:
“Pues yo lo vi como una oportunidad para mostrarle a la gente mi amor por la música y para seguir creciendo, pues principalmente musicalmente. Quiero ir a cantar, a mostrarle a la gente mi gusto por cantar, por la música de mariachi”.
Su participación ya está confirmada y se está preparando arduamente para competir por el primer lugar. Con el objetivo de respaldar su carrera, Mari Fer invita al público a apoyar su participación en Tlaxcala difundiendo sus presentaciones, compartiendo sus fotografías y dándoles «me gusta» en la página oficial del Encuentro:
👉 Facebook del Encuentro Internacional de Tlaxcala
Su trayectoria
El camino de Mari Fer Ordóñez en la música de mariachi comenzó a una edad temprana, impulsado por la influencia de su padre, un cantante aficionado que la animaba a participar en reuniones familiares y eventos escolares. Esta motivación inicial cultivó en ella un profundo amor por el canto y la música.
El año 2023 marcó un hito en su incipiente carrera: Mari Fer obtuvo el primer lugar en la segunda edición del concurso Temoaya Tiene Talento. Este triunfo le abrió las puertas para integrarse al Mariachi Jalisciense de San Agustín Mimbres, un grupo reconocido en la llamada “cuna del mariachi”. Desde entonces, Mari Fer no solo se desempeña como vocalista principal, sino que también ha comenzado a tocar la guitarra. Aunque reconoce que combinar el canto con la ejecución instrumental representa un reto, especialmente por su reciente incursión en el instrumento, cuenta con el apoyo invaluable y la enseñanza constante de sus compañeros para superar las dificultades.
A lo largo de su aún breve pero comprometida trayectoria, Mari Fer ha enfrentado diversas pruebas. Confiesa que lo más desafiante han sido las críticas y comentarios negativos, los cuales ha logrado transformar en “áreas de oportunidad” para su mejora continua. Por ello, ha dedicado un esfuerzo considerable al perfeccionamiento de su voz.
La joven artista equilibra sus estudios con su pasión musical, tarea que exige disciplina y buena gestión del tiempo. Agradece profundamente el respaldo de su madre y su hermana, pilares fundamentales para que pueda compaginar ambas responsabilidades sin descuidar ninguna.
Los sueños de Mari Fer son claros y ambiciosos: continuar cantando, perfeccionar su arte y, en el futuro, componer su propia música, plasmando en ella sus vivencias y emociones. Su máxima aspiración es presentarse en grandes escenarios, como el Zócalo de la Ciudad de México o el Palacio de Bellas Artes, frente a un público que valore su talento. Con miras a formalizar su formación, planea ingresar al Conservatorio de Toluca.
Con un mensaje cargado de orgullo y compromiso, Mari Fer Ordóñez concluyó:
“Me voy con el apoyo de toda la gente que me aprecia. Me llevo lo que son las raíces de aquí y voy a ir a representarlas con mucho orgullo. Yo sé que la gente que me conoce me apoya y no les voy a quedar mal. Voy a dar lo mejor de mí para poner en alto la cultura otomí”.
Su voz temoayense promete convertirse en embajadora del talento mexiquense y de la riqueza de la cultura otomí en escenarios cada vez más amplios.