Ciudadanos en pánico, policías sin pericia y reporteros a la guerra, sin fusil

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Columna de:  Juan Carlos Lara Escobedo

Metepec, México, 6 de diciembre de 2017.- El Comisario de Metepec, Jesús Alberto Ramírez Manzur, habló de los hechos ocurridos ayer martes en Metepec, cuando policías estatales y municipales sometieron a dos reporteros de la empresa Megacable para meterlos a una patrulla.

El comandante de la “Policía del Pueblo Mágico” reconoció que a los uniformados les faltó pericia para manejar el asunto, pero también señaló que los periodistas no contaban con los permisos que la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes exige en su artículo 77 para poder realizar tomas o fotografías  de menores.

Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes
Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes

 

Ojos que narran…

Todo se suscitó cuando los reporteros de la citada empresa levantaban imágenes a las afueras de un jardín de niños de Metepec, lo cual era orden de trabajo.

Pero la paranoia colectiva, provocada por los niveles de violencia del país, hizo presa de algunos padres de familia que cuestionaron el trabajo de los reporteros y además de quejarse ante la dirección del kínder solicitaron la presencia de la policía.

A pesar de que los reporteros se identificaron con los uniformados y algunos de los padres de familia dieron por zanjado el tema, otros continuaron con su queja, pues aunque la identidad de los comunicadores estaba acreditada, la molestia obedecía a que sin autorización tomaban imágenes a los niños. Un grupo de padres exigían que por ello los reporteros fueran remitidos.

Los policías tomaron la decisión de poner el asunto en manos del juez conciliador pero los reporteros se negaron a la detención y es entonces cuando se dio el uso de la fuerza para meterlos a la patrulla y presentarlos ante el Juez Conciliador. De acuerdo al Bando Municipal de Metepec, ante la inconformidad de una parte y la imputación directa de esta hacia alguien, los policías municipales deben remitir a todas las partes  ante el Juez Conciliador.

Ojos que miran…

En su comparecencia ante algunos medios de comunicación, entre ellos Apocaliptic.com, el comisario de Metepec confirmó que el alcalde David López Cárdenas ya ordenó una investigación por parte de la Contraloría Municipal para tener claro cuál fue el actuar de los elementos de la Policía Municipal y si es que incurrieron en excesos.

En este punto vale la pena señalar que quienes someten a los reporteros son elementos de la Policía Estatal, pero por cuestiones de jurisdicción, a pesar del Mando Único, los reporteros fueron trasladados por los elementos de Metepec en su patrulla. De hecho, en el conflicto había sólo 2 uniformados de la Policía Municipal.

El director de Seguridad Pública y Tránsito de Metepec no exculpó a ojos cerrados a sus elementos, pero también se negó a condenarlos en automático. Confirmó que 4 padres de familia se presentaron en el Juzgado de Conciliación para firmar la remisión de los reporteros, situación por la cual los policías “tenían la obligación de remitir a éstos ante el juez y, al presentarse resistencia de su parte, se tuvo que hacer uso de una fuerza razonable”.

Sobre las amenazas que los reporteros afirman haber recibido en las galeras de Metepec, el comisario ofreció los videos de las cámaras de seguridad para que quien así lo quiera pueda comprobar si esa acusación responde a hechos reales.

La investigación está en curso y el propio el comandante Ramírez Manzur fue tajante al señalar que si de las investigaciones surge que los policías de Metepec cometieron alguna falta, tendrán que responder por ella “porque somos los primeros que no queremos que la sociedad se sienta intimidada por la policía, nos ha costado mucho acercarnos a la ciudadanía para que por un  elemento cambie la visión”.

Durante el encuentro de los medios con el comisario de Metepec trascendió que los reporteros de Megacable contaban con autorización de la “doctora” del kínder, quien ante la ausencia de la directora dio un permiso verbal a los reporteros. Hasta ahora no sabemos si la “doctora” tiene la personalidad jurídica para dar esa clase de permisos a nombre de la escuela, pero lo que es muy claro es que la ley exige el consentimiento escrito de los padres o tutores para el uso del manejo de imagen de los menores.

La ley es un tanto ambigua, porque habla de manejo directo de la imagen de niñas, niños y adolescentes y hay quienes piensan que la imagen de una persona es sólo la cara, pero en términos de derechos autorales la imagen de alguien que sale en cualquier pantalla (así sea de un celular) es de los pies hasta la punta de su cabello más parado.

La investigación, de no haber pruebas contundentes (que debe haberlas)  podría volverse un asunto de “él dijo, yo dije”. Y eso no sería tan malo si las pruebas demuestran lo que el propio comisario considera: que todo esto era un asunto menor, porque nadie tomaba imágenes para robar niños y los reporteros acreditaron su identidad, pero que por la falta de pericia de los policías, la paranoia de algunos ciudadanos (justificada por la inseguridad) más la falta de experiencia y capacidad de negociación de los reporteros, aunada a su desconocimiento de la ley, terminó en un hecho de uso de fuerza policial contra reporteros. Hecho vergonzoso sí, evitable también, por todas las partes.

Con razón, el gremio de los periodistas está indignado. Y siempre deberá indignarnos la violencia. En ningún caso justificamos el uso de la fuerza, menos cuando se le aplica a un par. Pero en estos tiempos el ejercicio del periodismo cambió, su día a día es otro, a tal grado que necesitamos una ley que proteja a los periodistas… Pero también una ley que proteja a los menores. Y si esta última exige a los medios contar con permisos escritos para el uso de imagen de menores (así sean los simples píes) los medios estamos obligados a cumplir la ley.

Lo anterior no exime a los policías de la obligación de dominar la resolución de conflictos en cualquier modalidad. La fuerza exhibida para someter al reportero no se explica cuando se está lidiando con un profesional, con un trabajador de los medios que tiene criterio y nivel cultural. Los policías olvidaron que podían dialogar y mediar entre los padres y los reporteros. Los policías olvidaron que no tenían frente a si a delincuentes.

Ojos bien abiertos

La cuestión de los permisos, la protección con leyes de todo y todos, no significa que los periodistas ya no puedan hacer su trabajo con libertad; significa que todo gira en torno a la inseguridad; que como núcleo de nuestro vivir nacional, la inseguridad nos obliga, a todos, a hacer toda actividad, hasta la de reportear o filmar, con seguridad, exagerada pero necesaria…  Reportear se volvió de alto riesgo. Más allá de la amenaza de los políticos, los gobiernos y el crimen organizado (que es muy grave) el reportero se enfrenta a la paranoia colectiva que es capaz de confundir a un reportero con un secuestrador y entonces aplica el dicho mexicano de “primero pego y luego investigo”.

No podemos dejar de preguntarnos qué habría pasado si los padres de familia involucrados en el asunto fueran de otra idiosincrasia, de otro modo de reaccionar y en lugar de llamar a la policía, sin investigar y por la simple duda que tenían, hubieran buscado justicia por su propia mano…  (Hay que ver Canoa) Nos leemos la próxima…

 


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