13 de junio 2016.- El día de ayer se registró uno de los momentos más escandalosos en la historia del fútbol mundial, todo un papelón de 5 minutos protagonizado por el árbitro uruguayo Andrés Cunha quien por su actitud, engañó a comentaristas y aficionados pues parecía que por primera vez en la historia del fútbol mundial estaba apelando al uso de la tecnología para resolver una jugada controvertida.
No era además cualquier jugada, quizás por eso no se atrevía a marcar el árbitro; hace 66 años otro uruguayo Alcides Guiggia, marcaba el gol del Maracanazo y hacía llorar a millones de brasileños, ahora otro uruguayo, Cunha, desde una situación diferente, tenía también en sus manos la posibilidad de poder hacer llorar a miles eliminando a Brasil en primera fase de la gran Copa América Centenario, 100 años en los que nunca Brasil se había quedado fuera del Top 8, y que ahora con una decisión, quedaba en la antesala de una humillación histórica… lo cual finalmente sucedió.
Tras casi 5 minutos el silbante uruguayo de deliberaciones, gesticulaciones y confusión, el silbante marcó como válido un gol peruano que en realidad había sido antecedido de una mano.
Los comentaristas que quedaron confundidos con la actitud del árbitro, aumentaron el linchamiento y las burlas, cuando a la primer repetición quedó clarísimo que había sido una mano, señalando que había fallado la tecnología, lo cual también fue titular de varios diarios.
Sin embargo la realidad es que no había posibilidad alguna de que se usara la tecnología en video, pues aunque la FIFA lo incluyó en su reciente serie de cambios al reglamento, también apuntó que esto sólo comenzará a implementarse en 2017, y en fase de pruebas en algunos partidos amistosos.
En realidad cuando el silbante hablaba con su micrófono, estaba consultando al resto de árbitros auxiliares haber si alguien había tenido claro cómo había sido la jugada; en realidad no había árbitro de video alguno, que son los que se encargarán en un futuro de revisar las jugadas.
Así que fue finalmente la incapacidad de los 4 árbitros de detectar una mano, lo que terminó hundiendo a Brasil, y la incapacidad de decisión rápida del árbitro, lo que enterró su prestigio y sus posibilidades de final que incluso se venía especulando para la Libertadores.
Aunque también la selección brasileña provocó en gran medida este desanlace, no merecía sacar la victoria y ya se había salvado que le marcaran en contra un claro penal; por lo pronto, la tecnología tendrá que esperar para ser juzgada.
