José Antonio Ortega
No se perdió un año. Todo lo contrario. Podríamos decir que se ganó: sobrevivimos. Vimos pasar las cuatro estaciones. Vivimos para contarla. Otros no. Muchos perdieron la vida. No tuvieron la misma suerte. En medio de la pandemia, transcurrió un año aciago. La situación está lejos de acabar. No podemos echar campanas al vuelo.
Pero en los últimos días de invierno, hay esperanza. La humanidad entera se espabila. Comienza a salir de su letargo. Acaba con el confinamiento que le impuso el virus del Covid-19. Empieza a retomar sus actividades. Ya no es la misma. De hecho hoy, nosotros, ya no somos los mismos. Nada es como antes ni será, aun cuando la vida sigue.
El tiempo pasó raudo, veloz. Apenas han transcurrido los primeros 365 días de la pandemia que enfermó a la raza humana. Que vino a poner de relieve nuestra debilidad como especie. La fragilidad del mundo globalizado. Las desigualdades económicas y sociales. La viabilidad de nuestro actual modelo de desarrollo.
Las consecuencias de la industrialización. El impacto de la actividad humana en el cielo y en el suelo. La extracción indiscriminada de las riquezas del subsuelo. Los daños irreversibles a la biodiversidad. La extinción de otras especies. El surgimiento de otros virus y nuevas enfermedades. Fenómenos todos que obligan a reflexionar.
Una vuelta más al sol, que nos deja cerca de 120 millones de contagios y más de 2 millones 700 mil decesos. Un saldo nunca imaginado. Con pérdidas acumuladas que dejan honda huella. Un recuerdo imborrable en naciones como: Estados Unidos, Brasil, México, India, Reino Unido e Italia, las más afectadas por la letalidad del virus.
Son los últimos días de invierno y hay esperanza. Las campañas de vacunación, generan certidumbre. El aliciente necesario para regresar a la normalidad. A la nueva realidad que obliga a pensar de manera diferente. Que impele a actuar de manera distinta. Por ello es bienvenido el cambio de estación: el inicio de un nuevo ciclo.
La primavera ya se asoma con calidez. Anuncia su llegada para las primeras horas del sábado: el 20 de marzo de 2021 a las 03:37 horas, tiempo del centro de México. Justo cuando el sol toque el Ecuador Celeste de la tierra. Cuando el otoño inicie en el hemisferio sur.
Mientras tanto…
En nuestro México lindo y querido la situación mejora: resurge la esperanza. La pandemia parece dar tregua. A nivel nacional disminuye a 24 por ciento la ocupación hospitalaria. Incrementa en 76 por ciento la disponibilidad de camas. Estamos en marcha nuevamente.
El semáforo de riesgo epidemiológico coloca a 21 entidades en amarillo, riesgo medio; ocho entidades en naranja, con riesgo alto, y sólo tres: Campeche, Chiapas y Sonora, lucen en verde, que señala riesgo bajo. Ningún estado en semáforo rojo, color que advierte el riesgo máximo.
Eso significa la reactivación de la economía. La mayoría de las entidades podrán retomar todas las actividades laborales. Los espacios públicos abrirán en forma regular. Los espacios cerrados con aforo reducido. Es noticia esperanzadora para el sector restaurantero. Para relanzar la hotelería en las vacaciones de semana santa.
Pero también una mayor movilidad en la esfera política. Con campañas en marcha en cinco entidades. Como en Colima donde compiten por la gubernatura cinco mujeres y dos hombres. Postulados por las Alianzas PRI-PAN-PRD y Morena y Nueva Alianza. Movimiento 
Ciudadano y los tres partidos emergentes: Redes Sociales Progresistas (RSP), Fuerza por México (FxM) y el Partido Encuentro Solidario (PES).
En Guerrero donde disputan la silla del gobernador tres mujeres y cuatro candidatos. Contienda en la que participan con abanderados propios PAN, Movimiento Ciudadano (MC) y Morena. Estrenando su registro como partidos políticos nacionales: PES, RSP y MxM.
San Luis Potosí y sus nueve aspirantes a la gubernatura. El aliancista de “Va por México” integrada por PAN-PRI-PRD y el Partido Conciencia Popular. Así también el de la alianza “Juntos hacemos historia” conformada por PVEM, PT y Morena; PES, Nueva Alianza (PANAL), RSP, FxM, MC y un candidato independiente.
Sonora con seis candidatos. Los de la “Alianza Progresista” que conformaron Morena-PT-PVEM, y los de “Va por Sonora” integrada por (PRI-PAN-PRD). No están solos, junto con ellos marchan -en busca del voto- los representantes de MC, RSP, PES y FxM. Cinco hombres y una mujer, en una entidad encabezada por una gobernadora.
Nuevo León, con la candidata de Morena-PT-PVEM y PANAL. El candidato de la alianza PRI-PRD. Compitiendo entre ellos y contra los abanderados del PAN y MC. De manera testimonial y con poca presencia, las candidatas postuladas por el PES y RSP. Tres mujeres y dos hombres en la carrera por la gubernatura.
Un total de cinco gubernaturas, hasta el momento, que involucran la participación de 35 candidatas y candidatos. Acotados por estrictos protocolos sanitarios. Obligados a utilizar guantes y cubre bocas. A limitar eventos multitudinarios e intensificar su presencia en medios digitales. A conducirse con probidad y en el marco de la Ley.
Cinco campañas que se caracterizan por una alta competencia. Por la concurrencia de elecciones federales y locales. Por el maxi proceso que habrá de concluir en plena primavera. En el marco de un cambio de estación y un cambio de rumbo. Con las altas temperaturas que ya se pronostican para el primer domingo de junio.
Por lo tanto…
Más vale mantener la atención a la evolución de la pandemia. Estar atentos a lo verdaderamente relevante. Continuar con las medidas de prevención: privilegiar la salud. Seguir con los protocolos sanitarios que llegaron para quedarse. La vacunación va lenta, pero avanza. Actuemos con responsabilidad y cuidados permanentes.
No olvidemos lo que cada color del semáforo de riesgo epidemiológico representa. Rojo para el riesgo máximo, naranja para el alto, amarillo para el riesgo medio y verde para el bajo. Si bien ya hay más actividades, se requiere precaución. Los contagios continúan y debemos evitar una tercera oleada a toda costa.
En el plano político electoral conviene actuar con cautela. Evitar las aglomeraciones de los actos proselitistas. Minimizar la confusión que genera la saturación de mensajes. El bombardeo indiscriminado de la radio y la televisión. La contaminación visual de las carteleras espectaculares. Diferenciar la propuesta del discurso fácil y vacuo.
Pero sobre todo, exigir la pulcra actuación de los alcaldes, gobernadores y el presidente. Recordar a la autoridad electoral y los órganos jurisdiccionales, su compromiso con la democracia. Cumplir con su deber en el marco de la Ley. Porque después de todo el cambio de estación, también representa un cambio de rumbo.
