Columna VERDADES MENTIROSAS: La madre de todas las batallas

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“Todo es sobre el amor y la muerte, la poesía es el puente”.

Guillermo Fernández

Gerardo Lara

 En marzo de 1918 surgió en Boston la terrible epidemia de influenza, conocida como “gripe española”, que enfermó a un tercio de la población mundial y mató a más de medio millón de estadounidenses. ¡Nació en Boston y de española no tenía nada! Con razón se dice que en la guerra y la pandemia la verdad es lo primero que muere.

EL efecto más profundo de las pandemias es que clausuran temporalmente la excepcionalidad de la muerte. En la vida cotidiana morir es común, sabemos que a todos nos va a tocar, pero al pretender olvidarla, la muerte se presenta como una excepción, aquella que sucede “una sola vez en la vida”.

En la pandemia se expira todo el tiempo, el óbito se normaliza, de pronto el imaginario es cubierto por un reguero de cadáveres, mostrándose nuestra fragilidad física y espiritual y haciendo saltar desde las hondas profundidades lo más terrible de nuestra condición histórica; la percepción de la vida como un duelo en donde hay muchos perdedores y unos cuantos ganadores, el egoísmo, la competencia, la mezquindad, la cárcel del yo; valores máximos del sionismo y el capital financiero, promovidos desde lo más alto de la pirámide del poder mundial; la bancocracia agiotista/esclavista, curiosamente los más beneficiados por la pandemia.

No se olvide: en esta forma de vida que nos han impuesto, el dueño del dinero controla al mundo. De eso se trata el capitalismo; de la promoción de una competencia feroz por el control del dinero, a costa de lo que sea. La bancocracia es la dueña de los dólares, establece la agenda económica y moral, pues el secreto de su dominación está en imponer, controlar y manipular los pensamientos y las percepciones del “rebaño” y por lo tanto sus actos; para ello se esgrimen un cumulo de VERDADES MENTIROSAS: es la construcción del “no pensamiento dominante”, tal como advirtió   Martin Heidegger: “hay un enorme sistema que piensa todo por nosotros ahorrándonos la terrible tarea de pensar”.

 El entretenimiento vacío que producen los medios modernos de comunicación y desinformación es el satisfactor ante la angustia de la esclavitud salarial, las deudas incontrolables, el estrés pre y post traumático. Todo sea por “no pensar”, actividad satanizada y estigmatizada desde el poder central (los dueños del dinero). El rebaño se ha acostumbrado a buscar emociones paliativas, coyunturales y vacías, relacionadas siempre con la capacidad de consumo. Hay una fuga en estampida de las emociones profundas, clarividentes, reveladoras. Así como se huye de la ironía y el humor que despedaza los candados del pensamiento dominante.

A causa de ello, con el advenimiento del capitalismo/financiero/esclavista/sionista, se ha tendido a desaparecer de la formación académica y familiar a la historia, a la filosofía y a la poesía, madres de la humanidad y creaciones cimeras de nuestro espíritu; La primera (la historia) nos ha traído hasta aquí, la segunda (Filosofía) ha parido al arte, a la cultura, a la civilización y a la ciencia y la tercera (la poesía) le da sentido a la vida y sublima las contradicciones. Sin alguna de esas tres esencias el espíritu humano se quebranta y se doblega, es exactamente a lo que llamamos proceso de deshumanización.

 Pero ¿Qué es el espíritu?; en latín es ‘respiro’ y se traduce al griego como pneûma, (aliento). De acuerdo al historiador Oswald Spengler, el espíritu es esa parte impersonal/universal de los humanos, nos corresponde a la humanidad entera, hay un solo espíritu humano que nos es común, mientras que el alma sería la esencia personal de cada individuo.

En conclusión, son la historia (la memoria), (la filosofía (el pensar) y la poesía (expresar e imaginar) las que conforman la magia creadora que nos hace “humanidad”, son los atributos del espíritu.

Esa humanidad hemos fracasado rotundamente en la creación de las condiciones propicias para la vida, el gozo, el bienestar del planeta y sus habitantes, porque un puñado de” auto elegidos” condenaron al resto del mundo a la esclavitud. Se disfrazan con muchos títulos y nombres, tienen reuniones secretas, organizaciones en las sombras y controlan a los gobiernos, a los partidos y a los políticos de gran parte del mundo.

El dinero es una quimera y eso le da el carácter de divino, porque es la ilusión intermediaria entre la felicidad y el sufrimiento, entre la libertad y la esclavitud. Es por ello que la bancocracia (sionista/esclavista) gobierna al mundo.

La pandemia exacerba todos nuestros centros vitales porque se puede oler a la parca en cualquier lugar y en todo instante, es algo familiar, a tal grado que le nombramos con un código: “COVID 19”, a mí siempre me ha sonado al nombre de algún arma y es que hay un hecho incontestable: a un año de haber entrado por nuestras ventanas no sabemos su origen, aunque cada vez surgen más indicios de que fue un escape de alguna creación exprofeso, todas son teorías en las sombras. No es un bicho, no es un ser vivo, es un ENTE, que seguro surgió de alguna parte.

COVID 19 me suena al arma de una historia de ciencia ficción, creada para doblegar a la población mundial y someterla a un régimen de terror invisible, una tiranía de muchas caras, argumento recurrente del género, que ahora se convierte en género de anticipación.

PANDEMIA y CIBER/TIRANÍA combinación escalofriante que me hace derramar lágrimas que había guardado de tiempo atrás.

El llamado mundial de “quédate en casa” suena en retrospectiva a una trampa, pues sólo un fragmento reducido de la población tiene condiciones para hacerlo, esos tendrán probabilidades de salvarse, pero quien deba salir a trabajar para pagar los gastos tendrá que ir a donde sea a buscar el “dinero” poniéndose en la fila de la muerte. En nuestra historia de ciencia ficción bien podría hacerse el cálculo del número de muertes que requiere esa tiranía para garantizar la prolongación de su poder y crear las condiciones que lo hagan “eterno”. Aspiración central de todas las tiranías de la historia.

Entonces lo azaroso de la vida y la muerte se manifiesta en toda su verdad y una pregunta no ceja de acosarnos ¿por qué unos si y otros no?, porque finalmente en el argumento de nuestra historia, un porcentaje muy alto de la población es desechable y otro tanto candidato a la esclavitud forzada, entonces no somos más que una estadística. En momentos como estos, la frase de Rose Bertín (modista de María Antonieta): “Nada es nuevo, sólo lo que se ha olvidado”, cobra relevancia suprema; por ello mirar atrás es parte primordial de la resistencia.

Ya hemos dicho que amor proviene del prefijo a(sin) y Mort (muerte en latín), lo cual nos dice que amor es “sin muerte”.; lo que me hace recordar una frase que me dijo el poeta Guillermo Fernández, “todo se trata del amor y la muerte, la poesía es el puente”; entonces me percato de que estamos en medio de un suceso capital en la Historia de la humanidad; LA MADRE DE TODAS LAS BATALLAS, la de la sobrevivencia de la especie, amenazada en varios frentes: Ecológico, sanitario, económico y nuclear.

La consecuencia de la estela mortal es el quebrantamiento del espíritu, no de uno, sino del mundo entero, puesto que el espíritu humano es uno solo. El paso primario para esgrimir sus atributos, es desbordar los límites culturales, sociales, familiares y mentales que nos fueron impuestos; el límite del nombre, el de la nacionalidad, el de la definición sexual, el del “género”, el de la edad y el del oficio. Todos ellos en conjunto forman una cárcel opresiva, fortalecer el espíritu es desbordarlos.

La generación que está naciendo ahora (la generación de la pandemia) mandará a nuestro mundo a los anaqueles de la prehistoria. El mundo que heredaremos será el resultado final de la GRAN BATALLA, hay de dos, un mundo de seres libres o un mundo de esclavos.

¿Será el principio del fin de la segunda prehistoria de la humanidad?


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