20 de mayo 2020.- Estamos a unos cuantos meses de que inicie un nuevo proceso electoral en el Estado de México, la situación es por demás anómala, como en todas partes, y hasta ahora las sesiones más recientes del Instituto Electoral del Estado de México se han tenido que efectuar haciendo uso de la tecnología.
Esperemos que en esa novedosa manera de llevar a cabo las tareas que conciernen a un aspecto relevante de la vida democrática mexiquense, quienes están al frente del IEEM aprovechen el tiempo de reflexión que seguramente han tenido, para retomar asuntos importantes para la ciudadanía.
Así, por ejemplo, hay que desear con todo el corazón que su Consejero Presidente, Pedro Zamudio Godínez, haya hecho durante estos días de encierro un serio examen de conciencia y haya decidido, por fin, soltar el tema de los tres nombramientos que quedaron pendientes desde que salió una convocatoria, en noviembre del año pasado.
Sería bueno que, para la sesión virtual que según nos informan se llevará a cabo este viernes 22 de mayo, se considerara finalmente destrabar el asunto de la designación de los nuevos responsables de las direcciones de Partidos Políticos y la Jurídica y Consultiva, pero sobre todo, de la Unidad Técnica para la Administración de Personal Electoral (UTAPE), que todo parece indicar que para Zamudio es lo más parecido a la joya de la corona, porque cuentan que es tal su capricho de nombrar a la persona que él considera idónea para ocupar el cargo, que mientras eso no ocurra, seguirá dejando pasar el tiempo hasta conseguir lo que tanto anhela.
Decidir quién estará a cargo de la UTAPE parece haberse convertido ya en una obsesión para Zamudio, quien cuentan ha pegado más de un grito y se ha levantado de la mesa de muy mala manera. En febrero pasado, cuando todo parecía indicar que habría humo blanco para designar los tres cargos, el presidente del cada vez menos célebre IEEM consiguió que el punto fuera eliminado del orden del día. Y aunque su facultad es solamente la de proponer los nombres que se someterá a votación, como no lo dejan proponer a su “gallo” (en este caso es gallina), el hombre hace berrinche y por lo mismo, no hay avance porque el señor presidente ya se aferró.
El presidente del IEEM, a quien por cierto le queda poco tiempo al frente de ese organismo, bien haría en tomar por una vez su papel de árbitro de la democracia y recordar que no está ahí para hacer su santa voluntad. Siquiera por un poco de vergüenza después de que el Instituto a su cargo ha sido el peor evaluado de todo el país, según un reporte del mes pasado publicado por el World Justice Project (WJP) sobre el Índice de Estado de Derecho en México, en el cual quedó claro que el IEEM no fue capaz de garantizar elecciones libres, limpias ni transparentes.
Y aunque ya sabemos que hasta ahora el michoacano señor Zamudio ha mostrado que poco le importa lo que ocurra en el territorio mexiquense, a lo mejor este aislamiento social le ha servido para decidir comportarse mejor y mostrar que sabe un poco de respeto y de vida democrática, dejando a un lado su afán por imponer su voluntad y olvidando que el buen juez, por su casa empieza.
