Sólo Ojos… Navidades a la María y Edomex Valiente

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Escribe: Juan Carlos Lara Escobedo/Apocaliptic.com

María corre despavorida por una calle de Mexicaltzingo, son las 23 horas de un jueves de temporada navideña, lleva arrastrando a su niño de 3 años. Sí, literalmente arrastrándolo aunque el pequeño intenta mover las piernitas a todo lo que le dan para correr con su madre.

A María parece que la persigue el mismo diablo, corre desaforada y se trepa al primer taxi que le hace la parada.

Pepe compra unos cigarros en una tienda a pie de la Vialidad Toluca-Tenango, paga con un billete y espera el cambio, es el mismo jueves y son las 23 horas pasadas. Cuando recibe su cambio, Pepe reconoce al empleado que atiende del otro lado de una reja tosca en una tienda convertida en un bunker “a piedra y lodo”. Se trata de uno de sus exalumnos de la secundaria donde da clases, el joven saluda muy amable a su antiguo profesor.

Un taxi se detiene frente a la tienda y del mismo descienden María y el pequeño, la noche es fría y ellos no están en casa… El taxi se marcha abruptamente. María, visiblemente alterada, con el niño temblando de frio y tomado de su mano, se dirige hasta Pepe que sigue afuera de la tienda y viéndola venir. Antes de que la mujer y el niño estuvieran a un metro del profesor de secundaria, el joven tendero alcanzo a decir: “aguas profe…”

María pidió auxilio, contó que su esposo la agredió físicamente y hasta una pistola le puso en la cabeza. Pepe y su exalumno se cruzaban constantes miradas y con ellas se decían todo. Ambos escuchaban a María y sus lamentos pero volteaban de un lado a otro y se fijaban con atención en todo coche que pasaba. Era tal la comunicación visual de Pepe y el joven tendero que el primero se apartó unos metros de la señora María y el segundo retrocedió unos pasos en el búnker-tienda.

Pepe reaccionó rápido y contactó al 066 desde su teléfono móvil. María seguía llorando y pidiendo ayuda, pedía que la llevaran a un lugar seguro, le pidió a Pepe que la subiera a su coche y la llevará donde unos parientes. Pepe dudó, pero por azares del destino volteo la cabeza hacia su joven exalumno de secundaria y éste, una vez más, con la mirada le dijo todo.

El profesor de secundaria le explicó a María que la policía estaba avisada de todo y las patrullas llegarían en cualquier momento, caminó hacia su automóvil estacionado unos metros adelante. Y María fue tras de él, con el niño de la mano. No quería que Pepe se fuera.

Y aunque nadie lo crea, la patrulla de la CES llegó y también una de la municipal de Calimaya. Pepe entonces respiró tranquilo. Dejó en manos de los uniformados la situación y en Paz subió a su vehículo y se puso en marcha a su destino.

Todos podríamos ser Pepe o el joven tendero… Todos podemos ser María y el pequeño arrastrado y tembloroso. Pero yo no podría ser ese esposo que describió María, nadie debiera serlo ya. Pero también todos podemos decirnos lo que el “Profe” Pepe y su exalumno de secundaria se dijeron con las miradas: esto puede ser un cebo, esto puede ser un robo o un secuestro o cualquiera de las  gracias de nuestros conciudadanos malos.

Y es que sí, entre nosotros hay desconfianza, el vecino que ya no sabe quién es su vecino, el padre de familia que no sabe el monstruo que sigue creando cuando educa en el machismo y la machines. Claro que desconfiamos el uno de otro y todos de todos.

Edomex Valiente

Soplaron los dólares y no nos derribaron, cayeron las tormentas de la crisis y apenas nos mojaron. El Estado de México no es ajeno a la realidad mundial, al fenómeno globalizador. Hubo violencia sí, como la hubo en todos los puntos del planeta. No somos ajenos a la violencia desatada de unos contra otros (sí personas contra personas, la mayoría sin saber por qué lo hacen) y si no nada más hay que preguntarle a los universitarios de USA si se sienten muy seguros en sus campus.

El Estado de México, con todas las complejidades que representa una entidad con 17 millones de habitantes y a la que diariamente llegan más de mil migrantes (ahora hasta del extranjero) cierra el 2016 como la entidad más pujante, abierta y referente nacional.

Y claro que ocurren cosas indeseables en el Estado de México… Pero también ocurren las mejores historias y eso nadie lo puede negar. Y como no habrían de pasar las mejores y las peores historias cuando el Estado de México es el referente nacional, el más poblado, la joya de la corona, donde hay empleo, inversión, educación, salud  y, sobre todo, donde se da ejemplo de atención a los grupos más vulnerables.

Sí, hay muchos feminicidios en el Edomex. Y como siempre, la culpa es del gobierno, la culpa es de Peña y de Eruviel…. Sí güey… ¿Y tus putos calzones de qué color los quieres?… No mameyes en tiempos de papaya. La culpa es nuestra, tuya y mía, de tu padre y del mío, de tu madre, tu hermana, tu tía y tu abuela, así como de las mías.

Pero que grande eres Estado de México, que siendo la urbe que eres, la entidad que eres, generadora de más empleos y desarrollo que muchos países con la misma población, eres capaz de sobrevivir como grande en medio de un mundo violento, desequilibrado y en crisis económica y humana.

Soplan los vientos y el Estado de México está incólume como líder nacional. Pero nos falta algo, ese paso ciudadano que haciendo a un lado el ego del macho-hembra mexicano sea capaz de comprometerse consigo mismo y solo con él, a ser mejor vecino, mejores esposos, mejores seres humanos, mejores personas… Nos leemos la próxima.


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