Los senadores de México se merecen un premio. Qué digo uno, todos los premios habidos y por haber. Su actitud ante la necesidad de austeridad es de reconocerse. Sí, los senadores mexicanos son ejemplo, se han bajado el sueldo. Nada más y nada menos que cien pesotes. Y ahora ganarán 117 mil 500 pesos, en lugar de los 117 mil 600 que ganaban hasta el 31 de diciembre de 2014
Pero a qué están jugando. ¿Es acaso una burla a las medidas de austeridad que pidió el gobierno de la República? Es esto una burla al pueblo de México. Es un insulto. Los senadores se ufanan de su “gran decisión” como si esos cien pesos menos que recibirán (con efecto retroactivo desde el pasado primero de enero) significaran un sacrificio, una disminución importante, como si cien pesos menos fueran a minar en algo sus grandes cuentas bancarias.
Porque además, hay que recordar que los venerables y encomiables senadores mexicanos no gastan en nada o casi en nada. Les pagan comidas, teléfono celular, gasolinas, aviones para ir a sus estados, hospedajes y un sinfín de etcéteras.
Según los lineamientos de racionalidad y austeridad anunciados por el Senado de la República y que aparecen en el Diario Oficial de la Federación, para este año se eliminarán varios gastos que verdaderamente resultan banales como el “vinito” de honor en exposiciones, foros y en eventos que organicen los senadores y las comisiones del Senado.
Los gastos de ceremonial y de orden social quedan limitados a los estrictamente necesarios para el trabajo legislativo. Según el Manual para los lineamientos de racionalidad y austeridad del Senado, los viajes o comisiones al extranjero, así congresos, foros y reuniones tendrán que estar relacionadas con el aspecto legislativo, apegarse a la normatividad y limitarse al mínimo indispensable.
El descarado senador Emilio gamboa, del PRI, dice que lo anterior es un gran esfuerzo del Senado… De risa loca…
