“Dough”, filme cannábico con “La mejor receta” para esta pandemia

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SILENCIOS ESTEREOFÓNICOS

Félix Morriña

¿Se imaginan a un joven negro africano musulmán vendiendo pan cannábico en una panadería de un anciano maestro de las tradiciones judías? ¿Se los imaginan rezando por separado, como debe y mandan los cánones, luego divertidamente juntos en un mismo espacio, para resolver un dilema en el que terminan envueltos?

Si a eso le sumas la cachetada con guante blanco a la sociedad londinense, de parte de estos dos disímbolos personajes, joven africano negro musulmán y un anciano judío recalcitrante, quienes están inmersos en una galopante y creciente sed mercantil inmobiliaria británica, en donde la finalidad es acabar con los pequeños negocios para darle paso a la modernidad, a los gigantescos centros comerciales, desmantelando negocios tradicionales, con identidad barrial, engulléndolos con desprecio.

Sobre este filme de comedia, humor negro y drama, cuyo título original es “Dough” y en español se titula “La mejor receta”, del director John Goldschmidt, quien rodó “World in Action”, muchos críticos cinematográficos dijeron encontrarla ligera en contenidos sociológicos, lo cual no refuto, pero este #ServibaryAmigo #DandyperoPunk #ElCinicoMayor, le encontró otras aristas que la hacen recomendable para esta temporada en la que carcajearse y reflexionar es prudente y necesario para tener mejor salud física y mental.

Este interlocutor, la pasó bastante bien una madrugada de esas en la que no puedes escribir y no te soportas en la cama. Prendí el televisor y sin pensarlo mucho escogí ver “Dough” en el sistema de cable de paga, sin saber absolutamente nada de la película. No me arrepentí para nada, porque reí hasta la carcajada, como tanto me hacía falta, durante poco más de hora y media con este filme del 2015, misma que fue estrenada en Estados Unidos un año después.

En la comodidad de mi hogar tuve terapia sicoactiva gratuita y me reconfortó saber, que al menos en este tipo de películas donde la cannabis, entiéndase marihuana, más que medicina para muchos, droga prohibida para el Estado, estupefaciente cada vez más cerca de la despenalización en México, es producto que alegra la vida de quienes la consumen a través del sagrado pan de cada día.

En “Dough” se aborda este tema de manera pedagógica y didáctica con divertimento, porque el descarriado joven africano musulmán de nombre Ayyash Habimana, interpretado por Jerome Holder, sobrevive en los suburbios londinenses vendiendo de vez en cuando cannabis. No encuentra trabajo seguro hasta que su madre, Safa Habimana, interpretada por Natasha Gordon, lo consigue laburo en la panadería de Nat Dayan, caracterizado por el convincente y logrado Jonathan Pryce, en donde empieza a traficar con la fachada de la panadería.

Tras esconder la marihuana en la masa de la panadería de manera accidental, el joven africano musulmán descubre una mejor veta para incrementar las ventas del producto mezclado con los demás ingredientes del pan de Natan. Ya se imaginarán las carcajadas de quien escribe y de la gente que aparece en la panadería comprando la nueva forma de hacer y comer pan. Todos van por su pan cannábico para pasarla lo mejor posible en esa transición macroeconómica, hasta el dueño de la panadería y su familia consumen ese pan sin saber los motivos por los cuales llegan a estar en armonía en las comidas familiares judías, después de tanto tiempo.

Además del drama social de la voraz industria inmobiliaria inglesa, en esta película se aborda el elemento más importante de todos los antes mencionados, la amistad, la amistad entre dos seres completamente distintos es posible, con dos formas de ver la vida totalmente diferentes, por razones culturales impuestas por el Sistema, hoy casi inoperante. Un musulmán y un judío, dos religiones de la mano en un acto solidario, humano, dignificante para estos tiempos aciagos.

Cuando le queman la panadería a Natan, el traficante cannábico, ese que no vende otra cosa, porque no vende veneno, dijo en la cinta, me recordó el cierre de las micro, pequeñas y medianas empresas (PyMes) con esta pandemia del #Coronavirus COVID-19, que nos azota despiadadamente el bolsillo. En la película, el objetivo era cerrar la panadería, cerrar la historia tradicional del pan judío en una parte de Londres, para construir un centro comercial, pero al final, ese final deseado, justo, no existe en la realidad cotidiana tal cual. De eso se trata este tipo de cine, de mandarte alicientes metafóricos emocionales en épocas como la que transitamos.

Lo que sí me dejó meditando al final de la película, es la manera en la que los mexicanos deberemos reactivar la economía local, a través de este tipo de resistencia comunitaria, para evitar el cierre, la quiebra de muchos negocios pequeños, esos comercios del barrio. Por eso seguiré exhortando en los #SilenciosEsterefonicos a la comunidad a consumir, comprar los productos básicos en la antigua tienda del barrio, en los negocios donde está nuestra gente de la tercera edad, a los vendedores de frutas y verduras, algunos de ellos campesinos directos, a ellos cómprales, no regatees, no estás malgastando tu poco ingreso, tus monedas de cambio.

Podemos ser tan unidos y disímbolos como Natan y Ayyash, los protagonistas de “Dough”, quienes nos enseñan cómo lograr sobrellevarnos en plena crisis económica, pero no humanitaria. En resumen, “Dough” o “La mejor receta”, como prefieran llamarle, es un encantador y humorístico filme húngaro británico entre la interculturalidad y la intergeneracionalidad, donde se dejan de lado prejuicios que impiden el crecimiento mental, espiritual y corpóreo.

Recuerde: ¡Nos buscamos, nos vemos, nos escuchamos, nos entendemos!

 

“La mejor receta”, “Dough” de John Goldschmidt, película completa en español:

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